miércoles, 29 de abril de 2015
viernes, 24 de abril de 2015
miércoles, 22 de abril de 2015
Los mitos del franquismo. Pío Moa.
Altamente recomendable.
domingo, 19 de abril de 2015
Panorama Mundial. Gaspar Tato Cumming.
Gaspar Tato cumming es un autor poco conocido en los días que corren. Lo antiguo pierde valor por lo nuevo, pierde valor por cosas que no duran. La modernidad es eso, rapidez, el usar y tirar las cosas sin darlas valor.
El leer a este autor se revitaliza lo antiguo, lo que una vez fue real para aquellos que vivían lo que vivimos ahora, el presente. Este libro está terminado en 1945, año trágico en nuestra historia. Fin de un ciclo que no se volverá a repetir o por lo menos nosotros no lo veremos. A través de las 316 páginas de este libro podemos rozar con nuestra imaginación como fue aquel mundo, ahora tan lejano.
El autor plasma en papel los múltimples viajes que realizó a lo largo de su vida. Tan dispares que a veces resulta dificil pensar como consiguió llegar, por ejemplo a Laponia, con los medios de aquella época. El capítulo dedicado a Brasil ahora se consideraría políticamente incorrecto por el panegírico que le dedica a Getulio Vargas y su obra en el Brasil, realmente interesante y recomendable ya que en la actualidad no se puede leer nada parecido.
Los capítulos dedicados a la India, Tibet, China, Tokio son realmente deliciosos. Resuslta gracioso leer que hasta el sitio más inesperado se encuentra un español. Pensándolo bien, hace más de 500 años que los españoles llevamos dando tumbos por medio mundo. Desde América hasta Japón, dando la vuelta al mundo. Donde quiera que uno vaya, puede estar seguro que hay huella española. ¿No es acaso cierto que el nombre de las Filipinas fue puesto en honor del nacimiento del futuro Felipe II? ¿No es menos cierto que el nombre de Australia viene derivado de los Austrias, casa reinante en España?
Uno de los capítulos de mayor extensión es el dedicado a Alicante, sí, Alicante y otro a Mallorca y en ese capítulo basado en una conferencia suya, despide el capítulo con unas líneas preciosas que me permito transcribir y con la licencia que me concede el respeto a su autor y obra, voy a cambiar donde dice Alicante por España:
"Sí, hijo, sí. Parte, marcha a conocer otros lugares, que te servirán para apreciar mejor el tesoro que posees. Camina por los senderos del mundo, ellos te enseñarán a vivir, y cuanto más te alejes, mejor podrás ver la belleza que dejaste, que son como las de un cuadro, que cerca de él sólo se aprecian manchas de color, pinceladas vigorosas, suaves, y al apartarse entonces es cuando se puede contemplar y amar su belleza con la armonía de luces y colores. Camina llevando siempre: en las retinas, la sensación de incedio solar que es España; en el pensamiento, sus imágenes, y en el corazón, el cariño a los tuyos y a la tierra en donde naciste. Camina, hijo, camina...; pero vuelve, aunque sólo sea para morir en la mejor tierra del mundo".
El leer a este autor se revitaliza lo antiguo, lo que una vez fue real para aquellos que vivían lo que vivimos ahora, el presente. Este libro está terminado en 1945, año trágico en nuestra historia. Fin de un ciclo que no se volverá a repetir o por lo menos nosotros no lo veremos. A través de las 316 páginas de este libro podemos rozar con nuestra imaginación como fue aquel mundo, ahora tan lejano.
El autor plasma en papel los múltimples viajes que realizó a lo largo de su vida. Tan dispares que a veces resulta dificil pensar como consiguió llegar, por ejemplo a Laponia, con los medios de aquella época. El capítulo dedicado a Brasil ahora se consideraría políticamente incorrecto por el panegírico que le dedica a Getulio Vargas y su obra en el Brasil, realmente interesante y recomendable ya que en la actualidad no se puede leer nada parecido.
Los capítulos dedicados a la India, Tibet, China, Tokio son realmente deliciosos. Resuslta gracioso leer que hasta el sitio más inesperado se encuentra un español. Pensándolo bien, hace más de 500 años que los españoles llevamos dando tumbos por medio mundo. Desde América hasta Japón, dando la vuelta al mundo. Donde quiera que uno vaya, puede estar seguro que hay huella española. ¿No es acaso cierto que el nombre de las Filipinas fue puesto en honor del nacimiento del futuro Felipe II? ¿No es menos cierto que el nombre de Australia viene derivado de los Austrias, casa reinante en España?
Uno de los capítulos de mayor extensión es el dedicado a Alicante, sí, Alicante y otro a Mallorca y en ese capítulo basado en una conferencia suya, despide el capítulo con unas líneas preciosas que me permito transcribir y con la licencia que me concede el respeto a su autor y obra, voy a cambiar donde dice Alicante por España:
"Sí, hijo, sí. Parte, marcha a conocer otros lugares, que te servirán para apreciar mejor el tesoro que posees. Camina por los senderos del mundo, ellos te enseñarán a vivir, y cuanto más te alejes, mejor podrás ver la belleza que dejaste, que son como las de un cuadro, que cerca de él sólo se aprecian manchas de color, pinceladas vigorosas, suaves, y al apartarse entonces es cuando se puede contemplar y amar su belleza con la armonía de luces y colores. Camina llevando siempre: en las retinas, la sensación de incedio solar que es España; en el pensamiento, sus imágenes, y en el corazón, el cariño a los tuyos y a la tierra en donde naciste. Camina, hijo, camina...; pero vuelve, aunque sólo sea para morir en la mejor tierra del mundo".
viernes, 3 de abril de 2015
Ziganda
Topónimo
y apellido español.
Datos del Apellido
Es
navarro y presenta la variante ortográfica Ciganda. El linaje hidalgo de Pamplona tenía escudo de
gules con una torre redonda y techada de oro.
Otros llevaban escudo con dos lobos andantes y encontrados en palo, más
bordura con doce calderas, esmaltes a inquirir [1].
Una
rama pasó a la Banda Oriental del Uruguay.
Ciganda
o Ziganda, como primer apellido, contaba unos 340 portadores en España, hecha
deducción de los inmigrantes, el 66 por ciento en la provincia de Navarra y el
23 en la de Guipúzcoa, según datos del INE para el año 2010.
Zama
La
batalla de Zama se libró el año 202 antes de JC entre el generalísimo
cartaginés Aníbal Barca y el general romano Publio Cornelio Escipión. Aníbal, llamado por el senado de Cartago,
había vuelto de Italia el año anterior con 18.000 veteranos, para defender la
patria amenazada. Desembarcó en Leptis
Minor en el otoño y estableció su campamento de invierno en Hadrumeto.
Cuando
se rompieron las conversaciones de paz en trámite, debido a dos golpes de mano
cartagineses, probablemente provocaciones del partido belicista, Aníbal se
desplazó hacia Zama, una localidad situada entre Tagaste y Sica. Aníbal mandó recado a Escipión diciendo que
deseaba una conversación personal. Escipión
acudió a la entrevista hacia el mes de septiembre, sólo después de habérsele
juntado su aliado númida Masinisa con 4.000 jinetes y 6.000 infantes. Hay un relato clásico de la conversación que
mantuvieron, pero no puede aceptarse al pie de la letra. Es seguro, en todo caso, que Aníbal quiso
ganar la paz ofreciendo la renuncia cartaginesa a todas sus posesiones fuera de
Africa; pero Escipión ya estaba en Africa y no pensaba retirarse de ahí. La entrevista sólo fue el prólogo de la
batalla de Zama.
Parece
que Escipión, contando con los jinetes númidas, disponía de más y mejor
caballería que Aníbal; pero éste llevaba fuerzas de infantería ligeramente
superiores y unos 80 elefantes africanos.
Escipión colocó la caballería romana de Lelio en su ala izquierda,
frente a la cartaginesa, y los númidas de Masinisa en la derecha, frente a sus
compatriotas inferiores en número que seguían luchando por Cartago. Afrontó la embestida de los elefantes
abriendo pasillos en su centro, resistió a la infantería cartaginesa y aplastó
al enemigo con sus alas. Los romanos
sufrieron menos de 2.000 muertos, los cartagineses muchos más, y unos 20.000
hombres cayeron prisioneros. Aníbal pudo
escapar con muy poca gente y buscó refugio en Hadrumeto. Al año siguiente se firmó la paz, que supuso
muy duras condiciones para Cartago, si bien los romanos no exigieron la entrega
de Aníbal.
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