jueves, 29 de junio de 2017

La fiel infantería.

SERTORIO

A Lara Sánchez, mujer de las de antes

Entre las características de los diccionarios no está el que se lean de un tirón en un par de días. Por lo común, ni la amenidad de su prosa ni la riqueza de los temas invita a ello. N siquiera sucede así con el del doctor Johnson. Sin embargo, algunos autores han convertido sus glosarios, reales o supuestos, en libros muy legibles, como Milorad Pavic y su Diccionario jázaro, Ambrose Bierce y su Diccionario del diablo,o el clásico de Voltaire, el Diccionario filosófico. En España, Cela vendió muchos ejemplares del Diccionario secreto, pero dudo que alguien se haya leído de una sentada los tres volúmenes. Cirlot editó su Diccionario de símbolos con la intención de que se leyera como un tratado, pero sólo a Rafael García Serrano (1917-1988) se le ocurrió convertir su Diccionario para un macuto (1964) en una vibrante, animada y fresca memoria de la guerra del 36, un diccionario épico, no exento de sátira y de nostalgia, donde uno rememora viejas narraciones de nuestros abuelos, aquellos capitanes de Oviedo, del Ebro, del Maestrazgo.

Si Rafael García Serrano hubiera militado en el lado correcto de las trincheras, hoy las ediciones cuidadas por doctorandos, los premios y hasta las fundaciones con su nombre serían muy abundantes, pero nuestro escritor fue falangista, alguien que, como tal, se subió a un autobús de La Bidasotarra en la plaza del Castillo de Pamplona y se bajó en Somosierra con el máuser en bandolera y el empuje de un miura al salir de chiqueros. Se entregó al españolísimo deporte de echarse al monte y disfrutó con bárbara alegría de la guerra y de la victoria. Al contrario que otros más avisados, este perenne alférez provisional no blanqueó el azul mahón de su camisa, ni mercó el percal de su chaqueta, ni se bajó los pantalones con descargos de conciencia y demás milongas. Fue un tío de una pieza, con los cojones bien puestos, que no se calló ni cuando un ministro muy demócrata y cristiano, hoy justamente olvidado, le intentó dejar en la inopia económica. En sus últimos años, desde su reducto de El Alcázar, inasequible al desaliento, no dejó de disparar sus flechas acerbas y recias a los tornadizos demócratas de nuevo cuño.

No es de extrañar que en el régimen actual sea un proscrito; más curioso resulta que también lo fuera con el anterior. Una de las taras del franquismo fue dejar la cultura en manos del clero; el régimen del Generalísimo apenas fue fascista en la superficie, nada más; tras la delgada costra azul se ocultaba un enjundioso tocino clerical que, además, no ahorraba ocasión de exudar su ranciedumbre de la forma más estúpida y gazmoña posible. A finales de 1943, García Serrano había ganado el Premio Nacional de Literatura con La fiel infantería, estupenda novela de lirismo bravío y de tensión juvenil, pues la fuerza de los años mozos es algo que este Kerouac con capote manta transmite de manera insuperable al lector, virtuoso del arte de evangelizar con la emoción. De los personajes, soldados y zagales sin desbravar, era de suponer que abundaran en frases como: “Yo quería saber si mi novia podía tener hijos. Hasta que no lo supe por mis propios medios, no me casé con ella”. O: “No pensaba más que en mujeres fáciles. Jamás habló con una muchacha sensible ni besó una boca que no le costase un billete”. O: “Está en cueros; no me atrevo a decir desnuda, como se dice de verdad. Seguramente que el decirlo sería pecado”. Por supuesto, no falta una visita de los voluntarios a un cabaret pueblerino con la muy cateta y sugerente razón social de La pájara verde. Tampoco escasean en la obra expresiones de católico paganismo falangista, inspiradas por Montherlant: “Lo que te digo es pagano, y pienso que un poco de paganía viene bien para descansar las espaldas. El aire, el laurel, el saltar dos metros y el correr cien, la victoria: todo eso es pagano”. O: “Lo primero, España. Y sobre España, ni Dios… [exabrupto falangista en discusión con un requeté]”. O: “Estos [los requetés] le llaman Dios a un cardenal cualquiera”. En definitiva, frases propias de jóvenes en guerra a los que les es difícil hablar de política y mujeres “conteniendo la sangre caliente que nos alzaba los cascos”.

No era de la misma opinión Monseñor Pla y Deniel, Primado de España y Dalai Lama del nacionalcatolicismo, aquella peste que confundía la piedad con el largo de las faldas, la catolicidad con el clericalismo y la devoción con la estrechez de mente. El 15 de enero de 1944, en el Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Toledo apareció un decreto de Su Eminencia en el que se condenaba La fiel infantería por sus “expresiones indecorosas y obscenas” (ap. 3) y (ésta es mi objeción favorita) “porque se proponen como necesarios e inevitables los pecados de lujuria en la juventud” (ap. 1). ¡Jesús, María y José!

A la Iglesia española la salvaron del genocidio de 1936 los soldados y los jóvenes “lujuriosos” que se echaron al monte pro aris et focis; de no haber sido por aquellos legionarios que soltaban las “grandes blasfemias de su vocabulario de tigre”, de no haber tomado el fusil esos “locos sagrados, hijos de Dios, falangistas”, no habría quedado ni un altar sin profanar, ni un cura sin degollar, ni una monja sin violar y ni una iglesia sin quemar en toda la piel de toro. Por eso, el mismo cardenal Pla y Deniel denominó, con toda justicia, Cruzada al Alzamiento del 18 de Julio. La denominación hizo fortuna: en 1936, la Iglesia libraba una batalla a muerte contra los enemigos de la fe, y nuestros abuelos tuvieron clara conciencia de ello hasta el final de sus días: yo mismo, niño, escuché de mis mayores su testimonio de cruzados. Católicos de Portugal, Irlanda, Francia e Italia, ortodoxos rusos y rumanos, paganos germánicos y hasta marroquíes musulmanes —que decidieron luchar con los españoles creyentes antes que servir a la República atea— se movilizaron para combatir al enemigo común: la modernidad deicida.

Que los combatientes no se suelen expresar ni comportar como ursulinas es un lugar común literario, no sé si teológico. Las inocentes y brutales expansiones de los protagonistas de esta novela joven, idealista y un punto remarquiana, con muy poco de un pretendido tremendismo que no sé dónde se detecta, fueron ofensivas para los meapilas de servicio en 1943; semejante tranche de vie resultaba inaceptable para sus castos oídos de novicia. El caso es que la censura eclesiástica decidió mostrar su poder con La fiel infantería, echó mano del brazo secular, “y para Reyes del 44 ya iba la policía recogiéndola por los escaparates, como a una muchacha descarriada”, cuenta García Serrano en su prólogo a la edición de 1980. Clandestina, marginal, novela de culto, La fiel infantería se convirtió en el emblema de la Victoria sin alas, de la esperanza de renovación vital de España asfixiada en la cuna por la zafia derecha burguesa, por los judas del clero imbécil y por un poder militar patriota, pero de espíritu cuartelero y limitado.

De esta forma, la España de Franco se quedó sin su escritor, que siguió sirviendo con lealtad al espíritu del 18 de Julio y al Caudillo, aunque sólo para recibir amargas recompensas, como las que sufrió al proclamar el tradicional antimonarquismo de la Falange en las páginas no del ABC, sino de ¡Arriba!... Cosas de España.

Lo que jamás abandonó a Rafael García Serrano fue su juventud, el recuerdo tan vivo y presente de aquel decenio exaltado, cruel y sublime que va del Discurso de la Comedia al regreso de la División Azul, cuando parecía que España iba a cambiar de verdad. Eugenio o la proclamación de la primavera (1938) es la obra inaugural de su prosa, acabada de escribir con menos de veinte años en el Baztán carlista y guerrero del 36 y corregida en 1938, en el hospital, “mientras me moría a chorros”. En una época aberrante y degenerada como la nuestra, donde la literatura juvenil enseña a los chicos a vestirse de chicas, una obra como Eugenio es dinamita nietzscheana. Nada nos muestra mejor lo bajo que hemos caído que el leer uno de los diálogos:

—Nos llaman bárbaros y pistoleros.

—No saben que la civilización se defiende a tiros.

Eugenio me impresionó mucho en su primera lectura, cuando no sumaba yo los dieciséis abriles, y todavía me emociona en nuestros periódicos reencuentros, con trozos que me sé de memoria. Heroica y ejemplar, la vida de un escuadrista se convierte en novela de caballerías: Eugenio es un Amadís urbano, un Lanzarote con camisa azul, aunque en su violencia y su mística encontramos la pureza de un Parsifal. Sus breves páginas exaltadas transmiten el espíritu que se vivía entre los jóvenes del 36. El autor así lo reconoce en su prólogo de 1945: “Nacido el libro, mejor: la voluntad de este libro, para un tiempo peligroso, es posible que ahora parezca ingenuo, elemental, hasta infantil. Así lo quiero, así lo hice, así lo entendieron los de mi Bandera, muchos de los cuales, por todas estas razones ingenuas, elementales e infantiles, murieron más tarde repartidos entre una Bandera de Navarra y una Bandera de Aragón [...]. El mundo mismo ha dado una vuelta gigantesca, y entre ruinas y dolores se ha sepultado un concepto de la vida muy noble y muy bello. Lleno de equivocaciones, yo no lo sé, y otros sí que lo saben; pero ha fenecido un aire de existir que nos enamoró en la época de los amores inolvidables. De los dieciséis a los veinte años.

Mucho más madura, con un oficio excelente, es la tercera de las obras que dedica García Serrano a la guerra: Plaza del Castillo (1951), retrato minucioso y verista de la Pamplona de julio de 1936, entre los sanfermines y el Alzamiento. Aquí el falangista cede el paso al escritor, que lo es de categoría. A la recreación histórica se une la calidad de la prosa, de lo mejorcito que se puede leer de esa generación. Como un Manhattan Transfer pamplonés, los personajes y los ambientes desfilan ante nuestra atención encantada, hechizada por la excelente técnica del autor. La descripción del encierro del once de julio es magistral, así como lo eterno, lo que permanece en el espíritu de la fiesta: “Pensaba Joaquín, mirando en torno, que la diversidad se unificaba alrededor de la fiesta cristiana. Los buenos y los malos, los ricos y los pobres, los listos y los tontos, los analfabetos y los sabios, los guapos y los feos encontraban en el fondo de su alma cristiana la honda ligadura de una unidad cada día más difícil, cada día más cuarteada por las circunstancias. Entró Javier García con varios de su cuerda, el vendedor de Mundo Obrero, otro que pasaba por matón profesional y un par de estudiantes, y Joaquín se daba cuenta de que también ellos, esos cinco que entraban, estaban cogidos por la magia unitiva de la fiesta, por el légamo cristiano de sus corazones, por aquellas lejanas preces de la madre, por siglos de catolicidad en la sangre, y su blasfemia era cristiana y sus ganas de quemar iglesias eran cristianas, y ellos se sabían herejes porque también conocían e intuían una simple y hermosa ortodoxia. Era la rabieta contra Cristo, la pataleta de los desesperados que no saben o no quieren comprobar cómo Cristo, solamente Él, puede ser su centurión, su amigo, su camarada.”

Por fortuna, a ningún monseñor se le ocurrió fulminar con otra condena a esta novela. Sin embargo, el autor, más escarmentado por los años, no deja de reflejar sus desilusiones: “Y se gana. Se ganará. Pero ¿y después? Mire, la tribu de los privilegiados es mucho más difícil de combatir que la de los revolucionarios de barricada y quema de conventos. Me produce mucho más miedo un banquero español que un pobre Lenin español con su tartera de caviar y dinamita. Cuando el enemigo está delante se le dispara y santas pascuas. Pero cuando no se sabe dónde está, uno lo pasa francamente mal”. No le faltaba razón. Hoy, malbaratada la Victoria, poca diferencia hay entre el espíritu de aquella España decadente y la actual: “Y esa falta de un alto y claro estilo, de una manera de ser entera y verdadera, hacía de todos y cada uno de los españoles gente sin cultura, sin raigambre, aburridas y desesperanzadas. El gran acuerdo nacional, el programa común de izquierdas y derechas, de nobles y plebeyos, consistía en agarbanzar aún más la existencia, en escupir en corro. Quedaban unos cuantos locos, pero ¿qué podían hacer?”.

Pues en eso estamos, otra vez.

Elmanifiesto.com

miércoles, 14 de junio de 2017

Psicología, Prozac y Dios. Jesús Laínz

¡Cuántas veces una anécdota encierra más sabiduría que mil explicaciones! Porque las cenizas de Carrie Fisher, la princesa Leia de La Guerra de las Galaxias, fueron enterradas en una urna con la forma de píldora de Prozac. Según explicó su hermano, este antidepresivo era una de las posesiones favoritas de la actriz, así que la familia decidió sepultarla en tan peculiar envoltorio por tratarse del "lugar donde le gustaría estar". Del Paraíso a una píldora de Prozac: desasosegante resumen de la Humanidad actual.

Podrían escribirse sesudos tratados sobre las causas de las neurosis que sufre buena parte de la población de eso que se llama mundo desarrollado. Podría hablarse de la invasión de la técnica, de las prisas de la vida moderna, de la deshumanización de las ciudades, de la crisis de la familia, del vacío existencial, pero todo eso, más que causas, son las consecuencias de males más profundos. Y quizá pudiéramos resumir todos ellos en uno solo: el olvido de Dios. O su destierro. O su muerte. Da igual. Lo esencial es que parece evidente que la pérdida del sentido de la trascendencia no suele sentarle bien al ser humano.

Antaño, cuando el mundo estaba ordenado, de las cuestiones angustiosas de la vida se ocupaban los curas, como es natural. Pero, como advirtió el inigualable Chesterton, cuando se deja de creer en Dios se pasa a creer en cualquier cosa. Hasta en la psicología. Buena parte de la culpa la tienen precisamente quienes han pasado de pastores de almas a gestores de beneficencia. De la resurrección a la revolución. Luego se extrañarán de que no les haga caso ni Dios.

Por eso uno de los síntomas de la debilidad terminal de nuestro blandito Occidente es la creciente necesidad de psicólogos que nos consuelen de nuestros problemas, problemillas o problemazos. María Oquendo, presidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, contaba hace unos meses que "no damos abasto con la cantidad de psicólogos y psiquiatras que se necesitan". Y lo más interesante del asunto es que la pobreza no tiene nada que ver con ello, pues son precisamente los países más desarrollados los más depresivos. Por el contrario, los habitantes de los países menos desarrollados, que no tienen ni nuestra riqueza ni nuestras infraestructuras ni nuestros servicios, no se distinguen por padecer depresiones. Sencillamente, no tienen tiempo para ello. Con espabilarse para poder comer todos los días tienen suficiente.

Aquí nos preocupan otras cosas. Hace ya tiempo que Spengler señaló, entre otros síntomas de debilidad del occidental contemporáneo, su afición a contratar seguros para cubrir cualquier riesgo, desde el rayado de la pintura del coche hasta la muerte. El miedo a la peste o a los vikingos ha dejado paso al miedo al gasto. ¡Cómo han decaído las cosas humanas hasta para temerlas!

Que el hombre occidental es un desequilibrado lo demuestran mil datos: hace ya unos cuantos años se puso de moda entre los ejecutivos norteamericanos desestresarse pegando alaridos por las ventanas. Poco después, las tendencias punteras en psicoterapia recomendaron hacer una pausa a media mañana para sentarse en cuclillas a jugar y cantar cancioncillas infantiles. Luego resultó que la técnica más vanguardista consistía en organizar guerras de almohadas en la oficina. Al parecer, el penúltimo berrido se llama mindfulness, lo que en román paladino siempre se llamó contar hasta diez antes de arrearle un guantazo al vecino. Y el último, diseñado para combatir problemas psicológicos como la tensión, la inseguridad y los miedos, consiste en acurrucarse en postura fetal dentro de un envoltorio, como un gusano en su capullo de seda. Según explican los expertos, una vez empaquetado hay que permanecer en silencio durante veinte minutos. En japonés lo llaman Otonamaki. En castellano antiguo, hacer el capullo.

Y junto a todas estas mamarrachadas, ¡y las que vendrán!, están la pedantería y la charlatanería, plagas de una época en la que la cultura no pasa de barniz. Un ejemplo entre mil: en la provinciana ciudad de este humilde escribidor se anuncia una charla sobre "Los seis pasos básicos para crear una Vida Extraordinaria". Así, con mayúsculas. Y la imparte una señora cuya profesión es –agárrense– Life Coach-Entrenadora de Vida. ¡Nada menos!

Pero, gracias a Dios, ante la retirada del espíritu y la licuefacción de la inteligencia, consuela ver que a veces, con el motivo más insospechado, el pueblo es capaz de dar una lección a tanta tontería. Hace un par de inviernos se nos regaló un hermoso ejemplo. Debido al mal tiempo, unos cuantos cientos de personas quedaron atrapadas durante una noche en la estación de esquí de Panticosa. Aunque, efectivamente, el temporal les impidió bajar cuando tenían previsto, pasaron la noche viendo la tele, bebiendo cubatas gratis y con los niños pasándoselo bomba por la pequeña aventura. Pues bien, a los encargados de resolver la situación no se les ocurrió otra idea que enviar psicólogos para ayudar a los afectados a soportar, comprender, aceptar, sobrellevar, interiorizar, somatizar, superar y sublimar (nunca la justificación de un sueldo necesitó tantos verbos) la tensión. La maravillosa respuesta de los atrapados fue: "¡Dejaos de psicólogos y subid tabaco!".

Sentido común 1 - Gilipollez ilustrada 0.

Islam.


Glosario  de  Dinastías  Islámicas

Archivo sacado de INTERNET donde no figuraba nombre de autor


Abadíes o Abbadíes

            Reyes taifas de Sevilla entre 1013-1091. La dinastía Banu Abad era una dinastía hispano-árabe que atribuía su descendencia a los antiguos lajmíes árabes. El cadí de Sevilla Abu l-Qasim Muhammad ibn Abad 1013-42 tomó el poder allí, en principio en nombre de los hammudíes, tras el declive del califato de Córdoba. Bajo su hijo Abu Amr al-Mutadid 1042-69 y su nieto Muhammad al­Mutamid 1069-91, importantes mecenas del arte y patrocinadores de la ciencia, Sevilla se convirtió en el centro de la refinada cultura de taifas y en el reino más poderoso de éstos; una gran parte de al-Anda­lus se sometió a su dominio, como Huelva en 1052, Algeciras en 1058, y Córdoba en 1069-78.  Al-Mutamid fue quien pidió ayuda a los almorávides tras la caída de Toledo en manos cristianas; sin embargo, su actitud vacilante en 1089-90 favoreció la conquista de los almorávides, que lo destituyeron y deportaron a Marruecos en 1091.

Abasíes

            Segunda dinastía de califas entre 750-1258. Capital desde 762 Bagdad, 836-883/892 Samarra. Tribu árabe de Banu al-Abbas,que atribuyó su procedencia al tío del profeta al-Abbas ibn Abd al-Muttalib. Con la ayuda de grupos chiítas, Abul Abbas al-Saffah (749/750-754) eliminó de forma sangrienta a los omeyas; junto con su hermano Abu Yafar al-Mansur 754-75 consolidó el poder; en el año 762 se fundó Bagdad. El punto culminante político y cultural tuvo lugar bajo la soberanía de Harun al-Raschid 786-809, gracias a los barmakíes (hasta 803) y a su hijo Almamún 813-33, que convirtió Bagdad en el centro de la ciencia e implantó el racionalismo mutazilí como la doctrina del estado. Desde el año 800 se independizaron varias provincias bajo dinastías propias del imperio. Tras el asesinato de al-Mutawakkil (847­861) disminuyó su poder político, y los abasíes cayeron finalmente bajo la supremacía de diversas dinastías militares: los buyíes (945-1055), los grandes selyúcidas 1055-94 y los shas de Khuaresmia 1192-1220, de tal manera que el califa se vio reducido a mero representante religioso. El califa al-Nasir 1180-1225 logró una amplia restitución de la soberanía califal; su biznieto al-Mutasim 1242-58, fue víctima de la invasión mongola en 1258. Entre 1260-1517 hubo un califato en la sombra bajo la tutela de los mamelucos en El Cairo.

Abdalwadíes o Zayaníes

            También llamados zayaníes. Dinastía bereber en Argelia occidental entre 1236-1554. Capital: Tlemcen. Su fundador fue Banu Abd al-Wad, también Banu Zayad,que perteneció a la confederación de tribus de Zanata en la frontera norte del Sahara y que emigró al norte de Argelia en el siglo XI. Los abdalwadíes eran aliados de los almohades, que les transmitieron la lugartenencia en Tlemcen. Durante la decadencia del poder de los almohades, Abu Yahia Yagmurasan 1236­83 se independizó y fundó un sólido gobierno; bajo su dominio y el de sus sucesores, Tlemcen o Tremecén llegó a ser un centro cultural y de intercambio. Practicaron una difícil política oportunista entre los superiores mariníes (Marruecos) y los hafsíes (Argelia oriental  y Túnez), que los expulsaron varias veces en los siglos XIII y XIV. Finalmente cayeron bajo la supremacía de los mariníes; luego experimentaron, sin embargo, una restauración estatal y un apogeo cultural bajo el erudito Abu Hammu II Musa 1359-89, antes de tener que someterse a la hegemonía de los hafsíes. A raíz de los ataques militares de España desde 1510, los abdalwadíes se pusieron bajo la protección de los otomanos (1516/1517 toma de Argel y Tlemcen por el corsario otomano Aruy Barbarroja); en 1552-54 los otomanos ocuparon definitivamente Argelia occidental y destituyeron al último soberano de los abdalwadíes.

Afscharíes

            Dinastía afgana en Persia y Afganistán entre 1736-1796.  Capital: Mashhad.  El general Nadir procedente de la tribu afgana Qizilbash de los Afshar, fue el fundador de esta dinastía. Nadir ascendió como dirigente militar de un sha safávida en la sombra. Este expulsó en 1730 a los afganos Ghalzai de Persia (conquista de Isfahán) y ascendió finalmente al trono por sí mismo como Nadir Sha 1736-47.  Como conquistador más importante de Irán en la edad moderna ocupó en 1737 Afganistán y partes de los khanatos centroasiáticos (Khiva), y dirigió una campaña militar en 1738-39 hacia la India, en el transcurso de la cual conquistó DeIhi. Con su política interior intentó alcanzar un equilibrio religioso y político con los sunníes.  Tras su asesinato a manos de sus propios emires, sus sucesores no fueron capaz de salvar el imperio; su nieto ciego, Sha Rokh 1748-96, gobernó tan sólo en Khorasán hasta que los qayaríes lo eliminaron en 1796.

Aglabíes o Aglabitas

            Dinastía árabe en Ifriqiyya (Argelia oriental, Túnez, Libia occidental), así como en el sur de Italia y Sicilia entre 800-909. Capital: Kairuán. La dinastía le debe el nombre al comandante del ejército abasí, al­Aglab, cuyo hijo Ibrahim I de 800 a 812 se convirtió en el año 787 en gobernador de la Ifriqiyya y se independizó en 800.  Tras la represión de varias rebeliones bereberes, el imperio experimentó un apogeo político bajo Abdalá 812-17 y Ziyadat Allah o Siadet-Alá I 817-38. A partir del 827 los aglabíes conquistaron Sicilia (831 Palermo), y Bari en 841, saquearon Roma en 846, ocuparon Malta en 868 y obligaron a las ciudades costeras italianas a pagar tributos. En el interior tuvieron que luchar continuamente contra las rebeliones religiosas y grupos bereberes. La decadencia política comenzó tras el periodo de Ibrahim II (875­902) con pérdidas de territorios frente a los bizantinos (calabreses), tuluníes y tribus rebeldes; fueron destituidos en 909 por los fatimíes.

Alawíes o Alauitas

            Dinastía de los jerifes reinante en Marruecos desde 1666. Capital: Fez, 1672-1727 Meknés; desde 1912, Rabat. Los alawíes, que atribuyeron su procedencia al nieto del profeta al-Hassán, llegaron a Marruecos a finales del siglo XIII y residieron al sur del Alto Atlas y en los oasis de Tafilete. Soberano desde 1631 en la región de Tafilete con la ayuda de las hermandades sufíes, Mulay al-Rashid (1664-1672) conquistó en 1666 Fez y el sultanato, y consolidó su poder. Su hijo Mulay Ismail (1672­1727) reorganizó el país, alcanzó el bienestar económico, fortificó la “ciudad imperial” Meknés, que se convirtió con ello en la fortaleza más importante del Magreb, y reconquistó ciudades marroquíes (Tánger en 1684, Arcila en 1691), que ya estaban en manos europeas.  Su nieto, Sidi Muhammad (1757-1790), que estabilizó el país económicamente (tratados comerciales con las potencias occidentales), puso fin a la anarquía política consiguiente. Desde principios del siglo XIX dependieron económicamente de las potencias europeas y sufrieron derrotas militares contra los franceses y españoles; en 1863 se firmó un tratado de protección con los franceses (Tratado de Béclard). Mulay Hassán 1873­94 llevó a cabo reformas según el modelo europeo; a continuación sultanes jóvenes reinaron bajo el predominio de Francia, que impuso un protectorado francés y español sobre Marruecos en 1912. Las crecientes fuerzas nacionalistas se agruparon alrededor del sultán Sidi Muhammad 1927-61, que en marzo de 1956 proclamó la independencia de Marruecos y aceptó el título de rey como Muhammad V. El régimen autoritario de su hijo Hassán II 1961-99 llevó a cabo la descoloniza­ción con instituciones parcialmente democráticas y con una gran flexibilidad en su política exterior (reputación internacional de mediador); no obstante, tuvo que defenderse reiteradamente de los intentos de golpe de estado. Entre 1975 y 1976 ocupó el Sahara español y, en 1979, el Sahara occidental (Marcha Verde). Lo sucedió su hijo Muhammad VI en julio de 1999.

Almohades

            Dinastía berberisca del Norte de África (Marruecos, Argelia, Túnez y Libia) y al-Andalus entre 1130-1269.  Capitales: Marrakech y Sevilla.  El nombre se deriva del árabe al-muwahhidun (confesores de la unidad de Dios) y remite al ortodoxo movimiento puritano y reformista de ibn Tumart (alrededor de 1080-1130), del cual surgió la dinastía.  Ibn Tumart llamó a partir de 1118 a la lucha contra los almorávides, y residió desde 1124 en Tinmal (Alto Atlas). Su sucesor Abd al­Mumin 1130/1133-1163 consiguió la toma de poder en Marruecos (1147 ocupación de Marrakech) y la totalidad del norte de África (hasta 1160 Túnez y Libia), así como la conquista de la España islámica 1146­54.  El apogeo cultural tuvo lugar bajo Abu Yaqub Yusuf (1163-1184) y Yusuf Yaqub al-Mansur 1184-99 con la fortificación de (as ciudades y la promoción de la vida intelectual (Averroes, Abentofail); en 1195 se consiguió una victoria decisiva sobre los cristianos junto a Alarcos. Se pudieron sofocar revueltas en el norte de África bajo al-Nasir 1199­1213; sin embargo, los almohades sufrieron una dura derrota contra los cristianos en las cercanías de Las Navas de Tolosa en 1212. A partir de 1213 se inició una rápida decadencia del poder con la perdida de España frente a los reyes de taifas y los cristianos (tras 1228), de Túnez frente a los hafsíes y de Argelia frente a los abdalwadíes 1229-36.  En el periodo de 1224-1236 reinaron dos líneas rivales en Marruecos y al-Andalus. Desde 1244, apremiados en Marruecos por los mariníes, perdieron poco a poco el poder y fueron eliminados por éstos.

Almorávides

            Dinastía bereber en Marruecos, Mauritania, Argelia occidental y al-Andalus entre 1056/1060-1147. Capital: Fez; desde 1086 Marrakech. El nombre de la dinastía, originalmente un movimiento reformista puritano, proviene del árabe al-murabitun (“los hombres del ribat”). Los almorávides se dirigieron al principio hacia el sur, donde consiguieron la conquista de Ghana y la islamización del norte de África; bajo Yusuf ibn Tashfin 1060-1106 tomaron el poder en Marruecos y Argelia occidental y fundaron Marrakech. En 1086 lucharon por primera vez en al-Andalus (victoria de Zallaqa), antes de conquistar la al-Andalus de los reyes de taifas en 1089-94.  Bajo Ali ibn Yusuf 1106­43 sufrieron pérdidas contra la conquista cristiana, y desde 1130 fueron acosados en el norte de África por los almohades, frente a los cuales sucumbieron en 1147, cuando el último soberano almorávide fue asesinado en la toma de Marrakech.

Al-Saud o Sauditas

            Familia de soberanos en Arabia central antes del año 1735; a partir de 1932 reyes reinantes de Arabia Saudí. Capital: Riyad. Sus orígenes se remontan al oasis de Dariya en Nadjd. La familia formó bajo Shaij Muhammad ibn Saud 1735-65 una alianza con el ortodoxo puritano movimiento reformista de los wahhabíes, que es hasta hoy la religión oficial en Arabia Saudí. Esta dinastía se expandió hacia Kuwait en 1788, bajo Abd al-Aziz 1765-1803.  Su primera ocupación de La Meca y Medina tuvo lugar en 1803-1811 y tomaron Riyad en 1820-32 bajo la dirección de Turki; en el siglo XIX consiguieron expansionarse poco a poco pese a fuertes conflictos internos. Su ascenso sucedió bajo Abdel al­Aziz llamado ibn Saud 1880-1953, que con sus guerreros sometió desde 1902 la totalidad de Nadjd y el Hiyaz, en 1924-25 expulsó a los hachemíes de La Meca, adoptó el título de rey en 1926 y en 1932 unió toda la península Arábiga entre Nadjd y Yemen bajo el Reino de Arabia Saudí. La familia amasó una inmensa riqueza con ibn Saud como jefe de una soberanía de clanes patriarcas mediante tratados ventajosos con las potencias occidentales y la prospección petrolífera. Después de su muerte sus hijos reinaron sobre el país. Tras la destitución del derrochador Saud (1953-1964), Falsai 1964-75 introdujo una prudente modernización y apertura cultural. Arabia Saudí ocupó una importante posición entre las naciones islámicas a raíz de la abundancia de petróleo y el tradicionalismo religioso.  Los reyes Khalid 1975-82 y Fahd (a partir de 1982) intentan una política de acercamiento a los Estados Unidos y a Occidente y una modernización tecnológica paralela a la conservación de estructuras de gobierno tradicionales y autoritarias.

Amiríes

            Regentes del califato español entre 978-1009 y de los reyes de taifas de Valencia entre 1016/1021-1085. Dinastía andalusí de procedencia yemení; familia del regente imperial Muhammad ibn Abu Amir, nombrado al-Mansur (978-1002), y su hijo mayor Abd al-Malik (1002-1008),que condujeron el califato andalusí al último florecimiento a través de un exitoso compromiso militar en al-Andalus (toma de Barcelona en 985, y de Santiago de Compostela en 997) y en el Magreb (toma de Fez en 986). Tras el asesinato del hijo menor, Abd al-Rahmán, en 1009, que había recurrido a la dignidad del califa, su hijo Abd al-Aziz 1021-61 se escapó a Valencia (desde 1016 administrada por clientes), donde él y su descendencia fueron reconocidos como soberanos. Habiendo sido ya expulsados por los dhun-nuníes de Toledo en 1065-76, fueron destituidos por éstos en 1085. Representantes de los amiríes fundaron soberanías en el sureste de España, como por ejemplo en Almería entre 1012 y 1041, en Murcia y Denia entre 1019 y 1076, en Tortosa entre 1038 y 1061 y en las Baleares entre 1019 y 1114.

Ak-koyunlu y Kara-koyunlu

            Ak-koyunlu: federación turcomana de las las Ovejas Blancas; soberanos de Anatolia oriental, Azerbayán, Persia, Iraq, Afganistán y Turquestán entre 1467-1502. Capital: Amid; desde 1468 Tabriz. Nombrados por su animal de tótem, pertenecían a los oguzos turcos; aproximadamente desde 1340 emprendieron incursiones hostiles contra Bizancio, Mesopotamia y Siria; luego sometieron Diyarbakir con el centro Amid bajo su dominio y se aliaron con los comnenos cristianos de Trebisonda (más tarde emperadores de Bizancio). Primera ascensión bajo Kara Yülük Utman (1389-1435), que, como aliado de Timur Lang, fue nombrado en 1402 emir de Diyarbakir y amplió su territorio. A partir de 1435 los Ak-koyunli tuvieron un grave conflicto (pérdidas de territorios) con los rivales Kara-koyunli.  El imperio vivió su apogeo político bajo Uzun Hassán (1453-1478), que derrotó de forma avasalladora a los cara qoyunlu en 1467 y se apropió de sus territorios hasta 1469; consiguió una victoria decisiva sobre los timuríes en 1469.  Desde 1459 dirigió campañas militares hacia Georgia y conquistó Hisna Kayfa 1462 y Kharput 1465; atacó Karamán (Anatolia) y luchó contra los otomanos en alianza con potencias europeas (derrota en 1473).  Bajo Uzun Hassán y su hijo Yaqub 1478-90 tuvo lugar una época de esplendor de la cultura turcomana; a partir de 1490 empezó la lucha contra los florecientes safávidas, que expulsaron a los Ak-koyunli de Tabriz en 1501 y los destituyeron definitivamente en 1502. El último soberano de los Ak-koyunli fue expulsado de Mardin en 1507.
            Kara-koyunlu: federación turcomana de las Tribus de la Ovejas Negras, soberanos de Anatolia oriental, Azerbayán, el Cáucaso y amplias partes de Irán e Iraq entre 1380/1390-1469. Capitales: en 1391 Tabriz, en 1411 también Bagdad.  Pertenecen a los turcos ogusos.  Reinaron como aliados de los yalayiríes bajo Kara Muhammad 1380-90, desde la zona sur del lago de Van, sobre Armenia y Azerbayán.  Su sucesor Kara Yusuf 1390-1420 se declaró independiente y ocupó el noroeste de Irán, con Tabriz. Expulsado varias veces por Timur Lang, pudo imponerse contra los timuríes a partir de 1405, adoptó el título de sultán, y en 1411 expulsó a los yalayiríes de Bagdad y se apropió de sus territorios; hasta 1419 conquistó Diyarbakir, partes de Georgia y Shirván.  Junto con Kara Iskandar 1420-35 llevó a cabo numerosas guerras en el Kurdistán, y contra los timuríes en Transcaucasia.  Yahan Sha 1435-67 organizó la mayor expansión y el apogeo político de su dinastía. Se libró definitivamente de la supremacía timurí en 1447, y en 1452 conquistó el centro y el sur de Irán con Isfahán; en 1453 conquistó también Fars y Kirmán, e incluso en 1458 ocupó Herat. Fue vencido por los rivales Ak-koyunli, que eliminaron al último soberano de los Kara-koyunli en 1469. Un sobrino de Yahan Sha huyó en 1478 a la India, donde fundó el imperio de los Qutb Shas de Golconda (hasta 1687).

Ortókidas

            Dinastía turca en el sureste de Anatolia y en el norte de Mesopotamia (provincia de Diyarbakir) entre 1098-1232 y 1408.Tras la victoria de Malazgirt 1071, llegaron a Occidente en el séquito de los selyúcidas, y el fundador de la dinastía Ortok ibn Ekseb, se convirtió en 1086 en el gobernador selyúcida de Jerusalem y Palestina.  Sus hijos, que lo siguieron en 1091, fueron expulsados de Jerusalem por los fatimíes en 1098 y fundaron soberanías en la zona del norte de Mesopotamia: Sokman I 1098-1104 estableció la línea de Diarbekir y Hisn Kayfa 1098-1132; su hermano Ilgazi I 1104-22, desde 1101 prefecto de Bagdad, fundó la línea de Mardin y Mayafariqin 1104-08; otra línea gobernó entre 1185-1233 en Kharput.  En primer lugar bajo el dominio de los selyúcidas, más tarde bajo el de los zangíes y el de los shas de Jorezm, pudieron alcanzar una amplia independencia en los enfrentamientos de la época de los cruzados.  Bajo Nasir-ed-Din Mahmud 1201-22 se produjo una animada actividad constructora y un apogeo cultural en Diarbekir.  Las líneas de Diarbekir y Kharput fueron eliminadas en 1232-33 por los ayubíes, y las líneas de Mardin por los Kara-koyunli.

Asesinos

            Denominación propia: nizaríes; secta chiíta (ismailí) extremista con fundaciones de estados propios en Irán y Siria entre 1090­1256/1270. Nombre del árabe hashishiyun. Surgida de la disociación de los fatimíes (nizaríes), el gran maestro Hassán Sabbah (muerto en 1124) conquistó alrededor de 1090 la fortificación montañosa de Alamut (al suroeste del mar Caspio) y las montañas vecinas, e inició la conversión intensa del norte de Irán así como la lucha contra los selyúcidas. A partir de 1092 se sucedieron una serie de espectaculares atentados contra dirigentes sunníes y otros adversarios por parte de combatientes religiosos extremistas. Los asesinos crearon una doctrina secreta esotérica, y se propagaron a principios del siglo XII también en la Siria de la época de los cruzados bajo la guía de un gran maestro independiente, el “Viejo del Monte” No está del todo claro si sus comandos de la muerte estaban de hecho bajo el efecto de estupefacientes. En 1256 fueron exterminados por los mongoles de Hulagu, en Siria hasta 1270 a causa del sultán de los mamelucos Baybars.  La palabra “asesinato” permaneció en las lenguas románicas.

Ayubíes o Ayúbidas

            Dinastía kurda en Egipto, Siria e Iraq entre 1171-1250/60.  Capitales: Damasco y El Cairo. La dinastía debe su nombre al dirigente militar kurdo Ayub, procedente de Armenia, que como gobernador abasí de Takrit (junto a Bagdad) se puso al servicio de los zangíes y se convirtió en gobernador de Damasco. Su hermano Schirkuh y su hijo Salah al-Din (Saladino) fueron dirigentes militares de los fatimíes en Egipto; Saladino 1138-93, el héroe islámico más importante de la época de los cruzados, fue en 1169 visir de El Cairo, eliminó a los fatimíes en 1171 y unió Egipto con Siria bajo su dominio (con la supremacía formal del califa en Bagdad).  En 1171 aceptó el titulo de sultán, conquistó Alepo en 1181, y consiguió la hegemonía en el norte de Mesopotamia; estuvo en el frente de batalla contra los cruzados, y en 1187consiguió reconquistar Jerusalem (victoria de Hattin). Después de su muerte tuvo lugar la división del imperio bajo el gobierno de sus cinco hijos y su hermano al-Adil (1193/1200-1218), que pudo restablecer la unidad del imperio hasta 1200. En 1218 el imperio volvió a dividirse: en una línea principal con un sultanato bajo al-Kamil (1218-1238) en El Cairo, y en líneas secundarias en Damasco, Alepo y Homs. La línea principal en El Cairo tuvo su fin con el asesinato del sultán al-Muazzam a manos de los mamelucos; las líneas secundarias de Damasco y Alepo fueron eliminadas en 1260 por los ilkanes, mientras que la línea de Homs sucumbió en 1262 frente a los mamelucos; una línea permaneció hasta 1341 en Hama. Los ayubíes del Yemen forman una rama autónoma.

Barakzai o Muhammadzai

            Dinastía afgana de los reyes de Afganistán entre 1826-1973. Capital: Kabul. Como reputada tribu de Afqanistán, los Barakzai fueron desde 1747 los visires del país. A finales del siglo XVIII, exterminados ya por los reinantes Durrani, el soberano de los Barakzai, Dust Muhammad 1826-39 y 1842-63, derrocó a los Durrani en 1826, aceptó el título de emir en 1834 y se convirtió en soberano en Kandahar, así como en el primer soberano del Afganistán unido en 1863 con el apoyo británico. Sus sucesores, Shir Alí Khan 1863-79 y Abderrahmán 1880-1901, tuvieron que afirmarse contra otros pre­tendientes. En una zona de tensión entre los británicos, los rusos y los persas, los Barakzai se pusieron del lado de los británicos, que ocuparon el país en 1879/1880. En 1893 el predominio británico fue consolidado a cambio de dinero mediante el Tratado de Durrand con Inglaterra.  Aman-Ullah 1919-29 entró en guerra en 1919 contra los británicos, consiguió una independencia en el plano de la política exterior y adoptó el título de rey (padishá) en 1926; también llevó a cabo reformas según el modelo de Atatürk.  Tras algunas agitaciones en 1931, Nadir Sha (1929-1933) transformó el país mediante una constitución progresista en una monarquía constitucional. Su hijo Zahir Sha 1933-73 siguió el curso prudente a partir de 1945 entre los rusos y las potencias occidentales. Después de que en 1964 los derechos reales fueran reducidos debido a la nueva constitución, fue destronado mediante un golpe de estado de oficiales afganos en julio de 1973.

Bengalíes

            Gobernadores y sultanes de dinastías indias en el noreste de la India y Bangladesh entre 1202-1576.  Capital: Gaur (Lakhnauti), más tarde Firuzabad; desde 1564 Tandah.  El conquistador de Bengala, Muhammad Bakhtiar Khalyi 1202-5, y sus descendientes, fueron en primer lugar gobernadores de los guríes, y luego de los sultanes de Delhi. La gran autonomía cultural de la región, que formó hasta 1202 el último imperio budista en el territorio indio, les posibilitó independizarse como sultanes en 1338; a1 principio reinaron en dos líneas en Ben­gala occidental y oriental.  La dinastía de los Ilyas, desde 1339 soberanos de Bengala occidental, se afirmó en la totalidad de Bengala; sin embargo, fue expulsada entre 1409-42 por la dinastía de los khanes rajá. Tras la extinción de los Ilyas en 1486, hubo otras cuatro dinastías; en 1576 Bengala fue ocupada por el emperador Akbar e incorporada al imperio mogol, después de haber sido conquistada por éstos ya en 1537-52.

Buyíes o Búyidas

            También llamados buwaihíes, dinastía iraní de Dailam en Irán occidental y Mesopotamia entre 932/945-1056/1062. Los Banu Bayah,o bien Banu Buwaih, procedían de las tierras altas de Dailam y remontaban su origen a los reyes del antiguo Irán. Su nombre proviene de Abu Shudja Buyah, que ascendió bajo los samaníes y ziyarfes; sus tres hijos conquistaron soberanías y recibieron títulos honoríficos califales: Ali Imad ad-Daula 932-49 conquistó Fars (línea hasta 1055, desde 1012 también en Iraq); Hassán Ruj ad-Daula 932-76, Ray, Hamadán e Isfahán (línea hasta 1023), y Ahmad Muizz ad-Daula 932-67, Iraq, Ahwaz y Kirmán (línea hasta 1012). Este último conquistó Bagdad en 945 y estableció un dominio de protección sobre el califato abasf (hasta 1055). El representante más importante de los buyíes fue el hijo de AH, Cosroes Adud ad-Daula (949-983), que consiguió la soberanía sobre la dinastía, y en 977 también en los territorios Iraqíes, y siguió ampliando su esfera de influencia. Los buyíes animaron sobre todo el elemento iraní en el Islam. Por falta de una sucesión fija y como consecuencia de la competencia entre las líneas, se produjo finalmente la inestabilidad y la desunión de la línea iraquí en Iraq 1020-55 y Kirmán 1012-56.  La línea de Ray fue eliminada en 1023 por los gaznauíes; las otras, en 1055-56 por los selyúcidas, que asumieron también la protección del califato; los últimos pretendientes permanecieron en Kirmán hasta 1062.

Danischmend

            Dinastía turca en Asia Menor entre 1085-1173. El fundador de la dinastía fue Shams al-Din Ahmad 1085­1104, quien creó su propia soberanía en Capadocia (Sivas/Sebaste, Kayseri/Cesárea, Malatya/Melitena, Tokat) durante la invasión de los selyúcidas en Occidente, que fue consolidada por su hijo Gümüshtegin 1104-34.  Implicados reiteradamente en los enfrentamientos con los cruzados, sus sucesores se pudieron mantener hasta 1173, cuando sus territorios (hasta 1178) pasaron al imperio vecino de los selyúcidas de Anatolia.

Sultanes de Delhi

            Fueron herederos de los gaznévidas y gúridas en Panjab y en el norte de la India.  Durante la decadencia de los guríes, su general turco Kutub al-Din Aibak 1206-10 se independizó y estableció el imperio de los llamados “sultanes esclavos” de Delhi, bajo los cuales sobresalió Iltutmisch 1210-36, que fue considerado con la conquista de Sind como el arquitecto de la soberanía islámica en la India.  En 1290 la dinastía de los khalyíes 1290-1320 los derrocó; Alá al-Din Khalyi 1296-1316 repelió a los mongoles y conquistó el Dekán para el Islam. Procedente de la dinastía siguien­te de los Togluk 1320-1414, Firuz 1351-88 consiguió la consolidación de la soberanía en el norte de la India, aunque varios sultanatos propios (Bengala, Dekán, Gujerat, Jaunpur, Malwa) se separaron de Delhi tras su muerte.  En 1398 Delhi fue ocupada por Tamerlán. A la dinastía de los Seid 1414-51 la siguió la de los Lodi afganos 1451-1526, que fueron eliminados en 1526 por el primer Gran Mogol Baber.  Sher Sha Suri 1540-45 y sus sucesores (hasta 1556) restablecieron en poco tiempo el sultanato de Delhi tras la expulsión del hijo de Baber, Humayun.

Dhunnuníes o Beni Zunnún

            Reyes taifas en Toledo entre 1028/1029-1085, y en Valencia entre 1065-76 y 1085-92.  La Banu Dhun-nun, dinastía hispano-bereber arabizada, tenía ya entre 852-930 la soberanía sobre Toledo, antes de someterse al califa en Córdoba.  En 1028-29 Ismail al-Zafir 1028/29-1043 consiguió recuperar la supremacía sobre Toledo; sus sucesores Yahia I al-Mamun 1043-75 y Yahia II Alcadir 1075-85 consolidaron la soberanía y conquistaron Valencia en 1065-76; pagaron, sin embargo, tributos a CastiIla. Cuando AlfonsoVI ocupó Toledo en 1085, apoyó a su vasallo al-Qadir en el reinado sobre Valencia, donde éste fue asesinado en 1092. Valencia cayó en las manos del Rodrigo de Vivar (el Cid) y fue conquistada tan sólo en 1102 por los almorávides.

Durrani

            Dinastía de los shas de Afganistán entre 1747-1826.  Capital: Kandahar, desde 1772 Kabul. La tribu de los durrani en Afganistán alcanzó su independencia bajo la dirección de su jefe Ahmad Sha Durrani 1747-72, que fundó el emirato más poderoso del país y adoptó el título de sha tras el asesinato de Nadir Sha de Persia 1747, que había ocupado el país.  En 1750 conquistó Herat. Taimur Sha 1772­93 implantó una soberanía estable, antes de que ésta se viera amenazada en 1801 por las luchas por el poder.  En 1816 los durrani tuvieron que proteger Herat de los persas; en 1817 se dividieron en dos líneas gobernantes en Kabul y en Peshawar/Cachemira. La decadencia se inició con la lucha contra los visires de la familia Barakzai en 1818. Destronados en 1826 por los Barakzai, el último soberano de los durrani fue expulsado definitivamente en 1842.

Fatimíes o Fatimitas

            Califato adversario de los chiítas en Túnez, Egipto, Siria y temporalmente en el norte de África entre Marruecos y Palestina entre 909-1171. Capital: Kairuán, en 920 Mahdiya, desde 973 El Cairo.  Deben su nombre a la hija del profeta, Fátima, y se remontan en novena generación al último imán de los chiítas septimanos, Ismail.  Su fundador, Ubayd Allah al-Mahdi 909-34, pidió ya en el poder ayuda al misionero ismailí Abu Abdalá al-Shií (a quien había cesado en 912) y conquistó, tras la exterminación del imperio de los aglabíes, Túnez, Libia, Argelia oriental y Sicilia, que permaneció hasta 1061 bajo supremacía fatimí. En 1069 al-Muiz 953-75 conquistó Egipto y fundó El Cairo: surgieron conflictos permanentes con los abasíes por Siria y especialmente con los omeyas españoles por el norte de África; entre 965 y 1070 los fatimíes ostentaron la supremacía sobre La Meca. Llegaron a alcanzar el apogeo político y cultural, una floreciente vida económica y una animada actividad constructora bajo al-Aziz 975-96 y al-Hakim 996-1021, cuya excentricidad, sin embargo, condujo a agitaciones religiosas (entre otras el surgimiento de la comunidad religiosa de los drusos).  Tras el largo califato de al-Mustansir 1036-94 se produjo en 1094 una división religiosa (nizaríes y mustalíes), y, finalmente, una decadencia política bajo califas de menor rango.  Con al-Hafz 1131­49 su esfera de influencia se redujo a Egipto. Los últimos califas estuvieron bajo la influencia de varios jefes militares; el ayubí Saladino, desde 1169 visir en El Cairo, eliminó en 1171 la soberanía de los fatimíes e introdujo nuevamente la sunna en Egipto.

Gaznévidas

            Dinastía turca de Afganistán, Khorasán y Norte de la India entre 977-1150, en el Panjab hasta 1186.  Capital: Gazna, desde 1156 Lahore.  Tras la conquista de la ciudad de Gazna por el jefe militar samanf Alpteguin en 962, su sucesor, Subukteguin 977-97, se convirtió en gobernador de los samaníes en la región de Gazna, donde reinó, de hecho, independientemente, y conquistó territorios en Khorasán (Tojaristán, Zabulistán, Gur). Su hijo Mahmud de Gazna 998-1030, el conquistador más importante de principios del Islam, eliminó en 999 la soberanía samaní sobre Khorasán, conquistó Beluchistán y Jorezm, neutralizó a los karajaníes (a través de la fijación del Oxus como frontera), y combatió como sunní ortodoxo contra los buyíes (en 1029 toma de Ray). Recibió del califa la confirmación y el título honorífico. Desde 1001 emprendió campañas militares en la India, hasta Gujerat, Sind y Kanauj en Asia Central, y se convirtió en el precursor del islam en la India.  Su hijo Masud I hasta 1040 se concentró en la India y en 1040 fue derrotado en Dandanqan por los selyúcidas, que expulsaron a los gaznauíes de Khorasán y avanzaron hacia el este.  Ibrahim I 1059-99 renunció a todos los territorios de la región del Oxus; su soberanía se redujo a Afganistán oriental y al norte de la India.  Bajo la supremacía de los selyúcidas, Bahram Sha 1118-52 impuso su soberanía en el Panjab.  En 1161 continuaron siendo expulsados por los guríes, que tomaron Gazna, y los eliminaron en 1186 en la batalla por la conquista de Lahore.

Guríes o Gúridas

            Dinastía de Afganistán y el Norte de la India entre 1150-1206/1212. Capital: Firuzkuh, en 1186 también Lahore. Tribu de los shansabani procedente de las montañas del centro de Afganistán en la región de Gur, que ya en el siglo xi se convirtió al Islam y estuvo desde 1010 bajo la superioridad de los gaznauíes. En 1099 llegaron a ser gobernadores gaznauíes de Gazna; desde 1146 reinaron en Firuzkuh; en 1150, bajo Alá al-Din Hussein 1149-61, saquearon Gazna, y hasta 1161 se apropiaron de las tierras afganas de los gaznávidas.  Desde 1178 emprendieron conquistas en la India: Peshawar hasta la costa de Sind 1182, en 1186 conquistaron Lahore y eliminaron a los gaznauíes. En Firuzkuh y Herat se produjo una soberanía doble del gobernador Ghiyaz al-Din 1163-1203 y de su hermano Muiz al-Din 1173-1206, en 1203 soberano único, en Gazna y desde 1186 en Lahore.  En 1193 toma­ron Delhi y expandieron su imperio hacia Gujerat en el sur y Bengala en el este 1202.  Tras el asesinato de Muiz al-Din, el imperio se desmoro­nó enseguida: Afganistán cayó hasta 1212 en las manos de los shas de Jorezm, y la India sucumbió en 1206 frente al general turco Aibak, que estableció el sultanato de Delhi.

Hachemíes o Hachemitas

            Dinastía árabe de los jerifes de La Meca, reyes del Hiyaz entre 1916 y 1925, reyes de Iraq entre 1921 y 1958 y reyes gobernantes de Jordania desde 1921.  Atribuyeron su origen al sobrino del profeta al­Hassán.  El emir Hussein I ibn Ali 1856-1931, desde 1908 jerife de La Meca bajo la supremacía de los otomanos, negoció en 1915 con los británicos un reino árabe bajo mandato británico.  Tras el Tratado de Sykes­Picot, por el cual las provincias árabes del Imperio Otomano fueron repartidas en esferas de influencia inglesas y francesas, se declaró en 1916 rey del Hiyaz (Arabia central con La Meca y Medina).  En 1924 ibn Saud lo expulsó; su hijo mayor, Ali, que adoptó en 1924 el título de rey, tuvo que retirarse igualmente en 1925. Entre sus jóvenes hijos, Faisal I (1883-1933) fue elegido en 1920 por el Congreso Nacional Árabe como rey de Siria (Siria, Líbano, Jordania y Palestina); expulsado por los franceses, se convirtió mediante una iniciativa británica en rey de Iraq. La línea de los hachemíes Iraqíes fue eliminada de forma sangrienta en 1958 con el asesinato de su sobrino Falsa¡ II a manos de oficiales iraqíes.  Su hermano Abdalá 1882-1951 se convirtió en 1921-23 en emir de Transjordania y Palestina bajo la supremacía británica (promesa de un estado de Israel para los judíos), y en 1946 en rey de Jordania independiente. Tras su asesinato, su sobrino Hussein II 1952-99 dirigió contra varios intentos de golpe de estado un difícil mandato entre la independencia nacional, el apoyo a los palestinos expulsados hacia Jordania, la tendencia hacia la política exterior y económica de Estados Unidos, la resistencia a la influencia egipcia (panarabismo del presidente Naser) y una reconciliación con Israel. En febrero de 1999, Abd Allah II lo sucedió en el trono.

Hafsíes o Hafsidas

            Dinastía de Túnez, Argelia oriental y Tripolitania entre 1229/1236-1274.  Capital: Túnez.  Los Banu Hafs, tribu de los masmuda en el Alto Atlas, deben su nombre a Abu Hafs Umar 1090-1175, uno de los seguidores e íntimo consejero del fundador de los almohades, ibn Tumart; su hijo fue gobernador heredero de los almohades en Túnez y el hijo de éste Abu Zakariya Yahia I 1228-49, se independizó en 1229-36 y estableció el mayor imperio sucesor de los almohades. Su hijo Muhammad I al-Mustansir 1249-77 combatió en la séptima cruzada y adoptó el título de califa. Tras su muerte se produjeron sangrientas guerras por el poder entre los pretendientes: a finales del siglo XIII tuvo lugar una división de las propias líneas en Bugía y Constantina,y a mediados del siglo XIV los mariníes de Marruecos ocuparon el país. El ascenso y el despliegue político tuvieron lugar bajo el enérgico sobera­no Abul Abbas Ahmad 1370-94; desde 1357 soberano parcial de Constantina), Abu Faris Azuz 1394-1434 y Abu Amr Utman 1435-88.  En este periodo de paz y bienestar, Túnez se convirtió en el centro más considerable del comercio de Oriente. A partir de 1494 se produjo una rápida decadencia del poder y la independencia de muchas ciudades y regiones. Desde 1505, bajo el dominio de los corsarios otomanos (Aruy y Jayr al-Din Barbarroja), tuvieron que tolerar la ocupación de Túnez en 1535 por el emperador Carlos V. Los últimos hafsíes permanecieron tan sólo con empeño entre los colonos otomanos y españoles atacantes; en 1574 los otomanos conquistaron Túnez de forma definitiva y destituyeron a los hafsíes.

Hamdaníes o Hamdánidas

            Dinastía árabe en Mesopotamia y Siria entre 904/929-1003.  Capitales: Mosul y Alepo.  Como miembros de la tribu de los Taghlib, lle­garon a ser relevantes con el fundador de la dinastía, Hamdan ibn Hamdun, que fue gobernador de los abasíes en la zona de Mardin en 890. Su hijo Abdalá 904-29 se convirtió en 906 en gobernador de Mosul y dominó Bagdad desde 914; los hijos de éste, Hassán y Ali, llegaron a ser, como gobernadores en Mosul y Alepo, soberanos sobre la zona de Siria y Mesopotamia con títulos honoríficos califales. El violento Hassán Nasir ad-Daula 929-68, como soberano de Mosul y de Diyarbakir, fue dependiendo cada vez más de los buyíes. Fundó la línea de Mosul, que gobernó hasta 991. Su hermano Ali Saif ad-Daula 945-67 combatió contra Bizancio como soberano de Alepo y fue el impulsor del arte más importante; fundó la línea alepina, que en 969 se convirtió al chiísmo, y se sometió a los fatimíes, que destituyeron a los hafsíes en 1003.

Hammadíes o Hammaditas

            Dinastía berberisca de Argelia entre 1007/1015-1152.  Capital: al-Qala, desde 1090 Bugía.  Los Banu Hammad son una rama de los Ziríes.  El gobernante zirí en al-Mansuriya cedió la ciudad de Ashir junto a Argel, al fundador de la dinastía, Hammad ibn Buluggin 1007/15-1028, que a la vez era su abuelo. Éste creó en 1007 la residencia Alcalá y alcanzó la independencia en 1015 gracias a su sometimiento al califa de Bagdad. Su hijo al-Qaid 1028-54 consiguió el reconocimiento de los ziríes como soberano de Argelia; bajo Buluggin 1055-62 expandió su imperio hacia Marruecos (ocupación provisoria de Fez), y bajo al-Nasir 1062-88 hacia Túnez (hasta las ciudades de Túnez y Kairuán) hasta penetrar en el Sahara. Ambos soberanos desarrollaron una animada actividad constructora y condujeron al imperio a su florecimiento cultural. A partir de 1104, bajo la presión creciente de los beduinos, el último soberano, Yahia 1112-52, tuvo que reducir su territorio de influencia a la costa argelina y ceder Bugía a los almohades en 1152. 

Hammudíes o Hammuditas

            Reyes taifas de Málaga y Algeciras entre 1016/1018­1058, soberanos en Córdoba 1016-27. Los Banu Hammud, dinastía arabizada hispano-bereber, son una rama de los idrisíes. El guía de los hammudíes, Ali ibn Hammud 1016-18, en 1013 gobernador de Ceuta y jefe de los contingentes africanos del califato español, tomó en 1016 el poder en Málaga y se convirtió en califa de Córdoba tras la eli­minación de los omeyas. Tras su asesinato, reinaron su hermano al-Qasim 1018-21 y 1023-25, gobernador de Algeciras, Tánger y Arcila, y su hijo Yahia 1021-23 y 1025-1027-35, pero luchando constantemente el uno contra el otro en Córdoba y Málaga. En 1027, expulsado de Córdoba, Yahia (muerto en 1035) y sus sucesores fueron gobernantes durante poco tiempo en Málaga y Algeciras, hasta que Málaga cayó en 1058 en manos de los ziríes de Granada y Algeciras en de los abadíes de Sevilla.

Hudíes o Beni Hud

            Reyes taifas de Zaragoza entre 1039-1110, dinastía hispanoárabe.  El jefe Sulaimán ibn Muhammad (1039­1046) tomó Zaragoza de los Banu Tuyib. Sus sucesores, Ahmad I al-Muqtadir (1046-1081) y Ahmad II al-Mustain (1085-1110), impulsaron activamente el arte, desarrollaron una animada actividad constructora (Aljafería) y fueron dirigentes de la resistencia española contra los almorávides. Cuando éstos conquistaron Zaragoza en 1110, Abdel-Malik 1110-36 pudo evadirse a Rueda, donde permanecieron los últimos hudíes hasta 1146.

Husseiníes

            Última dinastía de beyes de Túnez entre 1705-1957.  Capital: Túnez (Bardo). Fundada por el comandante de caballería turco Hussein ibn Ali 1705-35, que tomó el poder en Túnez en el desorden tras la eliminación de los muradíes y consiguió una amplia independencia de los otomanos. Los disturbios familiares bajo su sobrino Al¡ Pachá 1735-56 condujeron en 1756 al saqueo de Túnez y al predominio de Argelia en la región. A continuación se logró la reconstrucción y llegaron el bienestar económico y el restablecimiento de toda la soberanía 1807 bajo Ali Bey 1759-82 y Hammuda Bey 1782-1814 (época dorada), así como una arabización cultural del país y nacimiento del estado nacional. Desde la ocupación de Argelia por los franceses 1830 y bajo una presión económica creciente de Europa, Ahmad Bey 1837­55 y Muhammad al-Sadiq 1859-82 llevaron a cabo reformas según el modelo europeo. En 1869 se implantó una supervisión internacional de las finanzas sobre Túnez y un impedimento de las reformas nacionales.  En 1881 Túnez se convirtió en un protectorado francés (Convención de Bardo). La soberanía de los beyes siguientes vaciló entre la tutela francesa y el apoyo de las tentativas independentistas nacionales (el partido Destur); en 1943 los franceses destituyeron al nacionalista Bey Muhammad al-Munsif. En 1957 el último husseiní, Muhammad al­Amin, llamado Bey Lamine 1943-57, fue destituido por Habib Burguiba en la proclamación de la república.

Ibadíes y Rustemíes

            Rama de la primera disociación del Islam, los jariyíes o jarichitas (los salientes) con estado propio. Los ibadíes dirigieron al principio guerras desde Basora contra los califas omeyas, y establecieron varias repúbli­cas teocráticas bajo la dirección de imanes propios. A mediados del siglo XIII ejercieron la soberanía en distintas ciudades de Libia, Túnez y Argelia. A continuación emigraron al Sahara argelino. Los imanes ibadíes gobernaron desde el año 751 hasta finales del siglo XVIII en Mascate y Omán, en el siglo XVIII también en Bahrein y Zanzíbar.  Las comunidades ibaditas existen todavía hoy en Libia, Túnez y Argelia y, de forma muy intensa, en Omán.
            Los Rustemíes, dinastía de imanes ibaditas de la ciudad-Estado de Tahart o Tahort o Tiaret (Argelia) entre 776-908.  El fundador de la dinastía Abderrahmán ben Rústem fue en 758 y durante poco tiempo gobernador de Kairuán, y fue elegido imán 776-84 tras su huida a Tahart. La afirmación política como soberano sobre partes de Argelia se llevó a cabo con su hijo Abd al-Wahhab 784-823, que estuvo bajo la protección de los omeyas españoles, con los cuales ya existía una buena relación. Tahart se convirtió en el centro intelectual y religioso de los jariyíes en el norte de África gracias a la paz interior y el bienestar bajo Abu Said al-Aflah 823-68 y Abu Hatim Yusuf 868-894/906.  Los ibadíes locales emigraron al sur de Argelia, donde hoy viven todavía en Wadi M’Zab (mozabítas), tras haber sido derrocados y expulsados por el dirigente chiíta Abu Abd Allah al-Shií en nombre de los florecientes fatimíes en 908.

Idrisíes o Idrisitas

            Primera dinastía independiente en Marruecos entre 788-974. Capital: Walila, desde 807 Fez. Fundada por Idris I ibn Abdalá 788­93, un descendiente del nieto del profeta al-Hassán que sobrevivió a la masacre de los abasíes tras una revuelta de la familia de Ali en el año 786 y huyó a Walila (Marruecos). En 788 fue proclamado imán en el norte de Marruecos como jefe religioso y político por tribus bereberes, en 789 expandió su territorio hasta Tlemcen y fundó Fez; envenenado en el año 793 tal vez por instigación de Harun al-Rashid, es considerado como el santo nacional más importante de Marruecos (tumba en Walila, el actual lugar de peregrinación Mulay Idris). Su hijo Idris II 793-828, desde 804 imán gobernante) asentó de forma intensiva en la zona a andaluces y tunecinos, trasformó Fez en capital y consolidó el poder político. Cuando su hijo Muhammad (828-836) repartió en 836 el país entre sus ocho hermanos, la dinastía se fragmentó y se aniquiló en luchas internas por el poder. A partir de 917 cayeron, primero bajo la supremacía de los fatimíes, y a partir de 932 bajo los omeyas españoles, que atacaron varias veces Marruecos y apartaron a los idrisíes del poder. Tras varios intentos para conseguir nuevamente la libertad de acción, los últimos idrisíes fueron detenidos y deportados por los omeyas españoles a Córdoba, donde el último soberano murió en 985. Una rama, los idrisíes de Asir, descendientes del fundador de la hermandad puritana Idrisiya, Ahmad al-Idrisi, reinó entre 1911 y 1934 sobre las tierras altas de Asir (en la costa del Mar Rojo, entre Hiyaz y el Yemen), hasta que Arabia Saudí las anexionó a su territorio.

Jedives

            Dinastía de virreyes de Egipto (bajo la supremacía otomana) entre 1867-1914. Capital: El Cairo.  El nombre se deriva del árabe judaiwi (amo).  Como herencia de la amplia independencia cultural de Egipto conseguida por Muhammad Alí 1805-49 y sus sucesores, su nieto, el jedive Ismail 1863-79, pudo imponer en 1867 una autonomía de hecho, que su hijoTeufik 1879-92 y su nieto Abbas Hilmi 1892-1914 consolidaron. A raíz de una aventura financiera y proyectos de prestigio (canal de Suez, compromiso en Sudán, ferrocarril y museos, sistema cultural europeo) dependían económicamente desde 1876 de los préstamos de las grandes potencias europeas, por lo que Egipto fue ocupado por los británicos en 1882 y se convirtió en 1914 en protectorado británico, lo que provocó el destronamiento del rey tras rebeliones nacionalistas. Sus tíos (hermanos de Teufik), Hussein Kamil 1914-17 y Ahmed Fuad 1917-22, se convirtieron en sucesores como sultanes. Este último adoptó el título de rey en 1922 como Fuad I 1922-36.  Con su hijo Faruk 1936-52 la soberanía real en Egipto encontró su fin.

Il-khanes

            Dinastía mongola en Persia, Iraq, partes de Siria, Anatolia oriental y el Cáucaso entre 1252/1256-1265. Capital: Tabriz, a partir de 1307 Sultanía.  Hulagu 1252/1256-1265, un nieto de Gengis Khan, conquistó Irán por orden de su hermano, el Gran Kan Mongu y lo mantuvo hasta 1256. En 1258 emprendió la invasión mongola hacia Bagdad; adoptó el título de Il-khan (subordinado o pacífico kan) en reconocimiento al derecho de dirección del Gran Kan de los mogoles. En 1260 sucumbió frente a los mamelucos bajo la dirección del sultán Baybars en Ain Chalut (Palestina), con lo que se impidió la expansión hacia Occi­dente. El hijo de Hulagu, Abaqa 1265-82, consolidó el poder en la lucha contra los mamelucos y sometió el Cáucaso; una alianza con la Europa cristiana fracasó. Durante los siguientes gobiernos de poca duración se produjo una recesión del sistema económico y financiero. Con el kan Ghazán 1295-1304, que convirtió el Islam en la religión oficial, y su hermano Ulyaitu (1304-16, que adoptó el chiísmo, el imperio vivió un esplendor político y cultural.  El último, Abu Seid 1316­35, sunnita, hizo las paces con los mamelucos 1323, restableció la supremacía mongola sobre Anatolia y penetró exitosamente en el Cáucaso. A continuación, el imperio decayó en distintos territorios con el desarrollo propio de cada una de las regiones.

Khanes Shaybaníes o Chibánidas

            Dinastía uzbeka en Transoxiana y Afganistán entre 1500-99.  Capital: Samarcanda.  Provienen de Shaybán, nieto de Gengis Khan y hermano de Batu kan, a quien éste cedió Hungría. Su línea constituyó entre 1226-1659 los kanes o zares de Tiumen y, temporalmente, los kanes de la Horda de Oro. Muhammad Shaybani kan 1500-10, el fundador del kanato de Transoxiana, reinó desde 1487/1493 sobre Turquestán y acabó con la soberanía de los timu­ríes en la conquista de Samarcanda (en 1497; a todos los efectos en 1501) y Herat en 1507.  En 1503 ocupó Taskent y avanzó hasta Kuna Urguench; murió al intentar recuperar Khorasán de manos safávidas.  Sus sucesores estabilizaron el imperio. Una línea propia reinó desde 1540 en Bujara y experimentó bajo Abdalá II 1556/1583-98 un esplendor político y cultural.  Abdalá fue desde 1556 kan de Bujara y pudo reunir el imperio en 1583. En el caos que siguió a su muerte decayó la línea principal de los shaybaníes, que fue sucedida en 1599 por los parientes yalayiríes (astrajaníes).

Khanes de Jiva

            Dinastía uzbeka en Jorezm entre 1511/1515­1919.  Capital: Kuna Urguench, desde 1615 Jiva.  Gengisidas originarios del ulus Yochi, es decir, de la Horda de Oro. A partir de 1500 bajo la supremacía de los shaybaníes, Ilbars I 1511/1515-25 fundó un pro­pio principado (en 1804 kanato), que fue ocupado varias veces en los siglos XVI y XVII por Bujará, en 1740-41 por Nadir Sha de Persia y en 1765-1770 por los turcomanos Lomund. Bajo Muhammad Rahim II 1864-1910 se produjo en 1873 la invasión de Rusia; los últimos kanes estuvieron bajo protectorado ruso, fueron políticamente irrelevantes y los soviéticos los destituyeron en 1919.

Khanes de Kokand

            Dinastía uzbeka en Uzbekistán entre 1700/1732-1876. Capital: desde 1732 Kokand. Originarios de la ulus Yochi (gengiskaníes), es decir, de la Horda de Oro. Al principio bajo la supremacía de Bujara, Sha Rokh Bey I muerto en 1694 alcanzó ya una gran autonomía, que sus sucesores Sha Rokh Bey II 1700-21 y Abu Rahim Bey 1721-1739-40 convirtieron en independencia.  Desde Alim Khan 1799-1809/1816, que en 1809 anexionó también Taskent, llevaron el título de kan desde Muhammad Umar (1809/1816-1822) el título de amir al-Múminin (“Príncipe de los creyentes”). En 1841/1842 y en 1852/1853 se produjo la invasión de Bujará, y en 1876 la de Rusia. El último kan, Nasir al-Din (1875/1876), fue expulsado a Afganistán.

Khanes Manguit

            Dinastía uzbeka de los kanes de Bujara entre 1785-1921.  Tribu de la federación de Nogai. Originariamente asediados en la zona de la Horda de Oro, llegaron a principios del siglo XVI con los shaybaníes a Transoxiana.  Su ascenso se produjo bajo los parientes yalayirfes.  Ya en 1707-1717 como regente y en 1753-1758 como soberano gobernante, Mir Masum Sha (1785-1800), desde 1770 regenteen Bujara, destituyó al último yalayirí y tomó él mismo el poder. Tras algunas revueltas al prin­cipio, la soberanía se estabilizó bajo Nasrullah Bahadur 1826-60; la ocupación por Rusia tuvo lugar bajo Sayid Muzaffar 1860-85 en 1873. Con el protectorado ruso, los últimos kanes perdieron su importancia política y en 1921 fueron destituidos por los soviéticos.

Kara-khanes o karajaníes

            Dinastía turca o uigura en Transoxiana entre 840-1212.  Capital: Kara Ordu, Kashgar, en 992 Bujara, en 1042 Samarcanda. Tribu de los Qarluq, que pertenecieron a la federación de tribus uigura en Mongolia y desde el siglo VIII residieron en Kashgaria; primero fueron vasallos del imperio uiguro, y en 840 se independizaron como soberanos de la estepa. Hubo un kaganato doble (soberanía) bajo un gran kagan (parte oriental, capital Kara Ordu) y un cokaganato (parte occidental, capital: Taraz y Kashgar).  En el siglo X tuvo lugar la islamización.  Abu Musa Harun I 982-93 conquistó Bujara en 992 y sus sucesores se apropiaron hasta 999 del imperio samaní. A partir de 1008 los gaznauíes se convirtieron en sus enemigos; desde 1040 lo fueron sobretodo los selyúcidas. La división definitiva en kaganato occidental y oriental sucedió en 1041-42; el kaganato oriental estaba bajo la soberanía estable de Abu Shudja Arslán 1032-1056-57 y Tugril I 1057-1074-75; sin embargo, Harun II 1074/1075-1102 ya tuvo que reconocer la supremacía de los selyúcidas. Expuestos a los ataques de los karajitai mongoles desde 1130,e1 último kagan oriental en Kashgar fue eliminado por los shas de Jorezm en 1210/1211. El kaganato occidental prosperó bajo Ibrahim I 1038-67, que residió desde 1042 en Samarcanda, y experimentó una animada actividad constructora bajo Nasr II 1067-80.  Ahmad I 1081-1089/1095 fue dominado por los selyúcidas tras la ocupación de Bujará y Samarcanda. Sus sucesores fueron investidos y destituidos por éstos.  Desde 1141 bajo la supremacía de los karajitai, y desde 1180 bajo la de los sha de Jorezm, los selyúcidas eliminaron al último soberano karajaní, Ulug Sultán Utman 1200-12, en 1212.

Mamelucos

            Dinastía militar de esclavos en Egipto, Siria e Iraq entre 1250-1517. Capital: El Cairo. El nombre se deriva del árabe mamluk (ser posesión de alguien).  Los esclavos militares de los ayubíes, sobre todo turcos, tomaron el poder en 1250 en El Cairo, y reclutaron a jóvenes no musulmanes cuya lealtad lograban mediante un estricto acuarte­lamiento y aislamiento de la población; con el tiempo el sistema se suavizó, aunque garantizó una inusual estabilidad política. Bajo el sobresaliente sultán Baybars 1260-77, los mamelucos frenaron la expansión mongola hacia el oeste y vencieron a los cruzados; en 1291 expulsaron a los últimos cruzados de Acre. El Cairo se convirtió en el emporio para el comercio entre Oriente, la India y Europa, y la economía floreció.  El sultán Barkuk (Albaricoque) 1382-99 ofreció resistencia victoriosamente a Tamerlán en el suroeste y reorganizó la estructura del estado. El sultán Barsbai 1422-38 practicó una desafortunada política económica mediante monopolios estatales; sin embargo, realizó una exitosa expedición a Chipre. A partir de 1450 se produjo un retroceso económico con un envejecimiento simultáneo de la técnica de guerra. En 1517 los mamelucos fueron destituidos por los otomanos bajo Selim I, y sus territorios anexionados. Desde 1260 los mamelucos tuvieron califas en la sombra bajo su protección en El Cairo para garantizarse la legitimación religiosa.

Mariníes o Merinidas o Benimerines

            Dinastía berberisca en Marruecos entre 1244-1465. Capital: Fez. Los Banu Marin, tribu de los Zanata nómadas de la zona este del Sahara, se asentaron desde principios del siglo XII en el este y el sureste de Marruecos. Tras crecientes tensiones con los almohades gobernantes, los mariníes, bajo la guía de los hermanos AbuYahia Abd al-Hak 1244­58 y Abu Yusuf Yaqub 1258-86, tomaron Mequínez 1244, Fez 1248 y otras importantes ciudades de Marruecos, hasta que en 1269 derrocaron al último almohade en Marrakech y consolidaron su reinado como la potencia militar más significativa del Magreb; también atacaron España varias veces. Se expandieron hacia Argelia (conquista de Orán y Argel) bajo Yaqub Yusuf 1286-1307. Con Abul-Hassán Ali 1331­51 y Abu Inan Faris 1351-58 se produjo un esplendor político y una animada actividad constructora; también expulsaron a los abdal­wadíes y ocuparon Tlemcen, y avanzaron temporalmente hasta Túnez tomando la capital. A partir de 1358 tuvo lugar una rápida decadencia: sultanes menores de edad estuvieron bajo la tutela de los parientes wattasíes entre 1358 y 1374 y de los nazaríes de Granada entre 1374 y 1393. El último soberano mariní, Abd al-Hak 1221-1465, eliminó el predominio de los wattasíes con una matanza en 1458. Sin embargo, murió poco después en una rebelión del pueblo en Fez; Marruecos pasó a ser de los wattasíes.

Grandes Mogoles

            Dinastía mongola timurí en la India en 1226-1857.  Capital: Agra.  El primero, Babur, era un descendiente de Timur Lang por parte de padre y de Gengis Khan por parte de madre. Soberano de Samarcanda en 1497, en 1504 conquistó Kabul y avanzó desde Afganistán hasta la India. Tras su victoria sobre los lodis fue sha de la India (Norte) 1526­30.  Su hijo Humayun (1530-1556) fue expulsado en 1540 por Shir Sha Suri a Persia, y ya en 1555 consiguió reconquistar el patrimonio de su padre. El periodo de gobierno de Akbar el Grande 1556-1605 constituyó un apogeo político. Este consolidó la soberanía sobre Indostán, la expandió hasta Bengala en el este y tuvo la supremacía sobre todos los estados musulmanes en la India; practicó una política de tolerancia y de equilibrio religioso entre los musulmanes y los hindúes, y reorganizó la administración del estado. Bajo Yahanguir 1605-27 y el Sha Yahan 1628-58 se dieron la consolidación del poder, la intensificación de los intercambios comerciales con Europa y un despliegue de lujo enorme. Aurangzeb 1658-1707, el último Gran Mogol significativo, conquistó Bijapur 1686 y Golconda 1687; renunció, no obstante, a la política de equilibrio religioso en favor de un Islam sunní ortodoxo. Bajo la presión política y sobre todo económica de Portugal y de Inglaterra (compañías comerciales) desde el siglo XVII, los mogoles perdieron a partir de 1707 poco a poco su importancia; en 1739 se produjo la ocupación de Delhi por Nadir Sha de Persia; en 1803, la invasión de los ingleses.  El último mogol fue destituido en 1857 por los británicos.  En 1877 la reina Victoria adoptó el titulo de soberana de la India.

Muzaffaríes o Mosafáridas

            Dinastía árabe en el sur de Irán (Fars, Kirmán) y Kurdistán, temporalmente en todo el territorio persa entre 1324-1393. Capital: en 1319 Yazd, desde 1352 Shiraz. El fundador, Sharaf al-Din Muzaffar, nieto de un soberano en Khorasán, ascendió en la corte de los ilkanes y se convirtió en gobernador de Maibod junto a Isfahán. Su violento hijo Mubariz al-Din Muhammad 1314-58 lo sucedió en 1314 y ocupó Yazd, donde fue reconocido como gobernador; durante la decadencia de los il-khanes 1335, se independizó, conquistó Kirmán en 1341 y Fars en 1353 con Shiraz, y ocupó Isfahán y Tabriz en 1357, con lo que los muzaffaríes se convirtieron en la potencia política más importante de Irán; poste­riormente se produjeron guerras con los yalayiríes por la supremacía en la zona de Irán-Iraq.  Bajo el sha Shudja 1358-84, un importante mecenas del arte, hubo un florecimiento cultural y un notable bienestar. En 1387 los muzaffaríes se vieron envueltos en luchas de pretendientes, hasta que Timur Lang los eliminó.

Nazaríes o Nazaritas

            Última dinastía islámica en Al-Andalus entre 1232/1238-1492.  Capital: Granada.  Los Banu Nasr o Banu aI-Ahmar pertenecían a la tribu de los jazradj hispano-árabe en la zona norte de Jaén. Aprovechando la decadencia del poder almohade en España, Muhammad ibn Nasr o Ibn al-Ahmar se proclamó como Muhammad I 1232­73 sultán en 1232, en Arjona, y conquistó inmensos territorios en el sur de España 1238, Granada y Málaga.  El y su hijo Muhammad II 1273­1302 consolidaron su poder bajo el reconocimiento de la supremacía formal de Castilla, y pudieron imponerse por sí mismos mediante una política adecuada de cambiantes alianzas con los mariníes en Marruecos y los reyes cristianos de España. El apogeo cultural como refugio del Islam andaluz, una corte brillante, así como la ampliación de La Alhambra, tuvieron lugar con Yusuf I 1333-54 y Muhammad V 1354-59 y 1362-91. A partir de 1408-17, se produjo una rápida decadencia política a raíz de la lucha de diferentes pretendientes y ramas de familias, y de la independencia de Castilla. Mulay Hassán 1464-82 y 1483­85 y su hermano El Zagal llevaron a cabo una última consolidación política; el hijo de Hassán, Muhammad XII, llamado Boabdil 1482-83 y 1485-92, ya no estaba en condiciones de enfrentarse al avance de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, y tuvo que entregarles la asedia­da Granada en enero de 1492.

Omeyas

            Primera dinastía de califas entre 661-750.  Damasco. Llamada así por el antepasado Umaiya, un miembro de la estirpe del profeta. El fundador de la dinastía fue Muawiya I ibn Abu Sufyan (661-680), que como gobernador de Siria se presentó ya en el año 657 como el adversario del califa Ali; tras su asesinato conquistó el poder, que convirtió en hereditario. Se produjeron continuos conflictos con diferentes tribus árabes y corrientes religiosas de los primeros tiempos del Islam. Los acontecimientos políticos de mayor importancia fueron la soberanía de Abd al-Malik (685-705),que reorganizó la administración del estado (reforma de la moneda) y convirtió Jerusalem en un centro religioso, y la soberanía de al-Walid I 705-15, que llevó adelante las conquistas islámicas: 711 en Occidente hasta España, en Oriente hasta el valle del Indo; 715 conquista de Bujara y Samarcanda). A continuación siguieron tan sólo soberanos, que gobernaron poco tiempo, así como crecientes rebeliones de los sometidos contra los privilegios de los árabes. Con Hischam 724-43 se produjo una consolidación, pero hubo una inestabilidad política y rebeliones de grupos jariyíes y chiítas, que ayudaron a los abasíes a conseguir el poder. Estos expulsaron en 750 al último califa omeya Marwan II 744-50 y eliminaron a la familia omeya. Un nieto de Hisham, que había escapado, alcanzó en 7561a soberanía de los omeyas españoles en Córdoba.
            Los omeyas españoles, emires o califas de Córdoba, soberanos de la España islámica (al-Andalus) entre 756-1031.  El fundador fue Abderrahmán I 756-88, nieto del califa omeya Hisham y único superviviente de la masacre de los abasíes sobre los omeyas 750, que huyó a España y tomó allí el poder. Bajo él y sus sucesores, Hischam I 788-96 y al-Hakam I 796-822), se llevaron a cabo la fundación de un estado estable, la unión del país y exitosas guerras fronterizas contra los cristianos en el norte. Un primer apogeo cultural tuvo lugar bajo Abderrahmán II 822-52 mediante el impulso de la literatura y la ciencia y el refinamiento de las costumbres: al-Andalus se convirtió en el centro del Islam occidental. Más tarde el poder central decayó en favor de las soberanías regionales, lo que condujo a los éxitos de la reconquista cristiana. La reorganización del poder central y el auge político fue obra del gobierno de Abderrahmán III 912-61, que adoptó en 929 el título de califa y restableció la supremacía en España. Éste pudo ampliar los territorios del estado contra los fatimíes en el norte de África (932 soberano de Fez y Mauritania) y dominó el imperio de los idrisíes. El país experimentó otro esplendor cultural bajo su culto hijo al­ Hakam II (961-976), que logró mantener la política del padre. Tras la decadencia del cargo de califa bajo su joven hijo Hischam II 976-1013, el poder fue a parar a los exitosos mariníes bajo el regente Almanzor 978-1002. En 1009 estallaron una guerra civil y la anarquía en la lucha entre distintos pretendientes y contra los hammudíes de Málaga. En 1031 el último califa, Hischam III 1027-31 renunció a la dignidad del califa y al-Andalus se desmembró en los reinos de taifas.

Otomanos u Osmanlíes

            Dinastía turca en Turquía, sultanes del Imperio Otomano entre 1280/1300-1922.  Capitales: en 1280 Yeni­sehir, en 1326 Brusa, en 1366 Edirne o Adrianópolis, desde 1453 Istambul o Constantinopla. Esta confederación de los Guz turcos fue desplazada en el siglo XIII por los mongoles de Asia Central hacia el oeste. Crearon allí un emirato de guerreros fronterizos en Bitinia (desde 1237), donde hicieron retroceder a los selyúcidas de Anatolia en los años siguientes. Bajo el fundador y primer sultán, Osmán (1280/1300-1326), y sus sucesores se produjo una autoafirmación y una expansión a costa del Imperio Bizantino (conquista de Bursa en 1326 y de Edirne en 1361). Los otomanos construyeron las primeras bases en 1354 en los Balcanes (Gallipoli) y formaron la tropa de élite de los jenízaros, que les posibilitó una expansión rápida en los Balcanes y en Anatolia (victoriosas batallas en Kosovo en 1389 y en Nicópolis en 1396). En 1402 sufrieron una derrota contra las tropas de Timur Langjunto a Ankara, tras la cual hubo un caos político. Murad II 1421-51 y Mehmed II 1451-81, que conquistó Constantinopla en 1453 y eliminó el Imperio Bizantino cristiano, llevaron a cabo una reorganización del estado y una nueva expansión. Los otomanos se convirtieron en una potencia dirigente del mundo islámico y desem­barcaron en 1480-81 en el sur de Italia. Selim I 1512-1520 conquistó la totalidad del Próximo Oriente (en 1516 Siria y Palestina, en 1517 Egipto, y finalmente la península Arábiga),venció en 1514 a los safávidas en Caldiran y reinó sobre Azerbayán; más tarde adoptó el título de califa. El gobierno de su hijo Solimán 11 el Magnífico 1520-66, que conquistó los Balcanes (Hungría, en 1529 asedio de Viena) y consolidó el dominio en el Mediterráneo (ocupación de toda la costa del Magreb; reinado sobre Argelia, Túnez y Libia), condujo al imperio a un apogeo cultural. A partir de 1566, gobernaron, con excepciones, sultanes débiles e incapaces, de tal modo que en 1656 se inició el predominio de los grandes visires y de los oficiales de los jenízaros, así como un refinamiento cultural y una decadencia política. Después de 1700 los otomanos se pusieron a la defensiva en el conflicto permanente con el Impe­rio de los Habsburgo (en 1683, asedio de Viena). La reconfiguración de la estructura del estado tuvo lugar bajo los reformistas Sultán Selim III de 1789 a 1807 y Mahmud II de 1808 a 1839, al mismo tiempo que la decadencia del imperio; en 1839 empezaron las reformas de Tanzimat según el modelo europeo. Abdul-Hamid II 1876-1909 acabó la política de Tanzimat con medios autoritarios y entró en conflictos permanentes con los liberales de la clase media y los grupos nacionalistas de la oposición. En 1922 se produjeron la destitución del último sultán, Mehmed VI 1918-22, y la abolición del califato por Mustafá Kemal Atatürk.

Pahlavis

            Dinastía iraní de los shas de Persia entre 1925-79.  Capital: Teherán.  Su fundador Reza Khan 1878-1944, fue comandante de la brigada de cosacos bajo los qayaríes, derrocó al gobierno en 1921 como ministro de guerra, fue primer ministro en 1923-25, y se hizo elegir sha por la asamblea nacional en 1925 tras la destitución de los qayaries. Apoyado por el ejército, practicó una autoritaria modernización y secularización según el modelo de Kemal Atatürk, lo que provocó un conflicto permanente con el clero chiíta; en 1934 impuso el nombre de Irán en lugar de Persia como denominación oficial del país. Debido a su simpatía por Hitler, fue destituido por los británicos y los soviéticos en 1941, durante la ocupación del país, y tuvo que exiliarse a Sudáfrica. Su hijo, Muhammad Reza Pahlavi 1919-80, gobernó bajo la supervisión de los británicos y los soviéticos hasta 1946, y se inspiró después en Estados Unidos y en Occidente en lo que se refiere a su política exterior; tras un conflicto con el primer ministro Mosadegh y una corta huida (1953), eliminó con ayuda de los americanos todo tipo de oposición (mediante la policía secreta SAVAK), y desde 1964 llevó a cabo una modernización autoritaria según el ejemplo occidental (“revolución blanca”) y grandes proyectos técnicos. En enero de 1979, obligado a abandonar el país debido al conflicto permanente con la oposición de la clase media, los socialistas y el clero chiíta, tuvo que ceder ante “la Revolución Islámica” dominada por el Ayatolá Jomeini.

Kármatas

            Movimiento ultrachiíta social revolucionario con estado pro­pio en el Golfo Pérsico (Bahrein) entre 899 y 1030. Centro: al-Muminiya (hoy Al-Hufuf).  Su fundador, Hamdan Qarmat, influido por la rebelión de los esclavos de los Zandj en el surde Iraq con una motivación social revolucionaria (sofocada en 883), así como por los movimientos ismailíes apocalípticos, quiso ocasionar de forma activa la llegada del Mahdi y construyó en 892 una base en el sur de Iraq (“zona de la emigración”); tuvo una gran acogida entre los campesinos, los pequeños artesanos, el proletariado urbano y los insatisfechos sociales. En el año 899 crearon un estado independiente con elementos “comunistas” (propiedad colectiva, exención de impuestos y préstamos de estado sin interés, dirección de un gremio de seis), y erigieron a un misterioso “Señor de la Pureza” como califa opuesto. En la lucha contra los abasíes ocuparon las rutas comerciales y asaltaron las caravanas de los peregrinos. En 901 asediaron Damasco y desde 909 reinaron también sobre Omán y Hadramawt. En 930 atacaron La Meca y robaron la Piedra Negra de La Kaaba, que sólo se recuperó en 951 mediante un alto rescate; practicaron una intensiva propaganda religiosa en Siria, el Yemen y Khorasán, e influyeron también en el ideario de los fatimíes. El estado de los qármatas fue eliminado sólo alrededor de 1030 por las tropas del califa en Bagdad.

Qayaríes o Kadyar

            Dinastía turcomana de los shas de Persia entre 1779/1796­1925.  Capital: desde 1786 Teherán.  Originariamente nómadas turcomanos de los emires de Kisil-Basch, reinaron desde 1750 en Astarabad, al noroeste de Irán. Su jefe, Agha Muhammad Khan 1779-97, tomó el poder en Persia (en 1794 eliminación sangrienta de los Zand en Kirmán; en 1796 de los afsharíes en Mashhad), unió el país y adoptó el título de sha en 1796. Su sobrino, Fath Ali Sha 1797-1834, sufrió la enorme presión de los británicos tras varias derrotas militares contra Rusia 1813 y 1828, pérdida del Cáucaso); Persia fue objeto de luchas de intereses entre británicos y rusos. Bajo el reinado de Nasir al-Din Sha 1848-96, la economía se vio dominada por monopolios y concesiones británicas (ferrocarril, telégrafo), lo que causó un conflicto permanente con la oposición burguesa y la reivindicación del acortamiento del poder del soberano. El monopolio británico del tabaco provocó en 1890 revueltas y la lucha del parlamento por una constitución moderna, que se impuso en 1906 contra el sha Muzaffar al-Din 1896-1907.  En 1908 se produjo en Teherán una rebelión popular debido a un asalto de la brigada cosaca del sha al parlamento. El último qayarí autoritario, Ahmed Mirza 1909­25, tuvo que admitir la ocupación de otras partes de Persia en 1918 por los británicos y los rusos (en 1919 protectorado británico), así como rebeliones de los chiítas en el sur; en 1925 fue destituido por el podero­so primer ministro Reza kan Pahlavi, que se declaró sha de Persia.

Reyes de Taifas

            Soberanos de pequeños reinos musulmanes en España entre 1010/1031-1091/1110.  Durante la decadencia del califato, a partir de 1010,o desde su hundimiento, en 1031, surgieron los reinos de taifas como soberanías regionales. Los más importantes de los 23 hasta 26 pequeños reinos de taifas fueron los abadíes de Sevilla, los aftasíes de Badajoz, los amiríes de Valencia, los dhun-nuníes de Toledo, los hammudíes de Málaga y Algeciras, los hudíes de Zaragoza y los ziríes de Granada. Las disputas entre ellos favorecieron el avance de la conquista cristiana por el norte y la conquista de al-Andalus por los almorávides desde 1090/1091, que eliminaron a los reyes de taifas. Los reinos de taifas aparecieron otra vez en al-Andalus durante la caída de los almorávides (entre 1143 y 1172) y durante la decadencia de los almohades (entre 1224 y 1238).

Sadíes o Saadianos

            Dinastía de los jerifes en Marruecos entre 1554-1659.  Capitales: Marrakech y Fez.  Los Banu Sad, que inmigraron de Hiyaz a Daratal (sur de Marruecos) a principios del siglo XIV, se expandieron en el sur de Marruecos a partir de 1505 con la ayuda de hermandades sufíes, lucharon contra los gobernantes wattasíes y se convirtieron en líderes de la lucha contra los portugueses (en 1525, ocupación de Marrakech; en 1541, conquista de Agadir por los portugueses; en 1549, toma de Fez). Muhammad al-Shaij (1549/1554-57) hizo destituir en 1554 a los wattasíes, aseguró su reinado con mano de hierro y tomó Tlemcen. Su hijo, Mulay Abdalá 1557-74, tuvo éxito en la lucha contra la influencia de los otomanos. Más tarde se sucedieron luchas de pretendientes. Los sadíes vencieron de forma avasalladora a los portugueses en 1578 en Alcazarquivir (al-Qasr al-Kabir). La época del gobierno de Ahmad al-Mansur 1578-1603, que garantizó el bienestar económico y emprendió un orden de la administración del estado que duraría siglos (sistema del Majzén),constituyó el punto culminante en lo que a política se refiere. La decadencia del poder y la disociación de una línea propia en Fez en 1610-26 dieron como resultado la división del imperio. El último soberano sadí fue asesinado en 1659, y Marruecos cayó en manos de los alawíes.

Safávidas

            Dinastía turcomana de los shas de Persia entre 1501­1722/1736.  Capital: Tabriz, en 1548 Qazvin, a partir de 1598 Isfahán.  La orden sufí fundada por Shaikh Safi (1252-1334) en Ardebil (Azerbayán oriental) se convirtió muy pronto en un importante centro religioso y político. Los safávidas abrazaron el chiísmo a mediados del siglo xv. Su ascenso tuvo lugar bajo los jeques de la orden, Yunaid 1447-60 y Haydar 1460-88, que crearon una organización política fuerte y tropas propias (adoptaron el nombre de Kisil-Basch cabezas o gorras rojas, debido a su sombrero, y propagaron su doctrina. El sha Ismail I 1501­24, a partir de 1494 sucesor de Haydar y un ardiente propagandista chiíta, tomó el poder en Irán desde la provincia de Gilan en 1499-1501 mediante la expulsión de los parientes Kara-koyunli. En el año 1507 ocupó Iraq. Convirtió inmediatamente el chiísmo duodecimano en la religión oficial, y aspiró a un equilibrio político entre los turcomanos (Qisil Basch, ejército) y la población iraní (administración).Tras la derrota frente a los otomanos en Caldiran en 1514, estallaron conflictos permanentes con los otomanos en el oeste y los uzbecos en el este. Con Tahmasp 1524-76 llegó una amplia neutralización diplomática de los enemigos y una normalización política regional, así como el comienzo del impulso del arte. Tras el consiguiente caos, el eminente Abbas I el Grande 1587-1629 consiguió una nueva consolidación del estado, anexionó Bahrein en 1601, en 1603 ocupó Azerbayán y en 1608 conquistó Shirván, Armenia, Georgia y zonas de Afganistán; en 1623-24 pudo incorporar nuevamente Kurdistán e Iraq al imperio. En el plano nacional llevó a cabo una reforma del ejército con esclavos militares cristianos, amplió la ciudad de Isfahán convirtiéndola en la “Perla del Mundo”, y estableció el bienestar gracias a una adecuada política económica y al control del Golfo Pérsico. Sus sucesores fueron a menudo personalidades débiles; no obstante, se produjo el nacimiento de complicados rituales cortesanos y el culto a los soberanos. El reinado de Abbas II (1642-1666) representó el último punto álgido, con un intensivo intercambio de mercancías con las compañías comerciales europeas y reformas en el ámbito de la política interior; en 1648 anexó territorios de Afganistán. Bajo el último safávida, el sultán Hussein 1694-1722, se inició una rápida decadencia económica, ya que provocó a las partes sunníes del imperio con la intolerancia religiosa y las conversiones obligatorias chiítas. Por ello, los afganos sunníes (Galzai) avanzaron en Persia desde 1719, asediaron y conquistaron Isfahán en 1722, y destituye­ron a Hussein, que fue ejecutado en 1726. Se introdujo un soberano en la sombra safávida hasta 1736 (en algunas provincias hasta 1773). El poder pasó a los afsharíes y a los Zand, y por fin a los qayaríes.

Saffaríes

            Dinastía de Persia, Afganistán y partes de Transoxiana entre 861/867-903.  Capital: Merv.  Procedente de federaciones burguesas del este de Persia y de bandas de ladrones, el aventurero Yaqub ibn Lait 861-78, llamado al-Saffar (forjador de cobre), formó federaciones de poderosas tropas y se convirtió en el jefe de su patria, Sistán (Persia oriental), en 861. A partir de 867 se apropió de la zona de influencia de los tahiríes (en 868 Herat y Fars con Shiraz, después Balj y Tojaristán), a quienes expulsó definitivamente de Khorasán y Afganistán en 873. Reconocido por el califa en 871 como gobernador de toda la mitad oriental del imperio, emprendió en 876 una campaña militar con­tra Bagdad. Su hermano Amr 878-900 pudo mantener al principio el poder, y se le reconoció incluso como gobernador de Transoxiana en 895; sin embargo, fue vencido en el año 900 y capturado por los sama­níes. El intento de su nieto Tahir 900-903 de recuperar el poder desde Sistán fracasó. Sus descendientes reinaron a partir de 921 en Sistán como gobernadores (capital: Nimruz) y permanecieron desde 1068 bajo la supremacía de los selyúcidas hasta 1383, cuando Tamerlán los eliminó.

Samaníes o Samánidas

            Dinastía persa de Transoxiana, territorios de Persia y Afganis­tán entre 819/874-999. Capital: Bujará. Su fundador y a quien deben el nombre, Saman Khudat, provenía de una familia de sacerdotes del antiguo Irán; sus cuatro nietos fueron gobernadores de los tahiríes en Sa­marcanda, Fergana, Shash y Herat. Nasr I ibn Ahmad 874-92, hijo del gobernador de Samarcanda, lo sucedió en 864 en el cargo, fue gober­nador de Transoxiana de los abasíes tras la caída de los tahirfes en 874, y se independizó de hecho. Su hermano Ismail 892-907 redujo a cenizas el imperio de los saffaríes (903) y se apropió de Afganistán y gran­des partes de Persia, con Khorasán. El imperio experimentó su mayor expansión bajo Nasr II 914-43: desde Bagdad, Kirmán y Mazandaran (Golfo Pérsico) hasta Turquestán y la frontera con la India. Después de 945 los buyíes expulsaron a los samaníes hacia Transoxiana y Khorasán. Con Mansur I 961-76 y Nuh II 976-97 se produjo una floreciente vida cortesana como centro de la vida espiritual y literaria persa en el Islam. Habiendo sido durante mucho tiempo guardias fronterizos contra los pueblos turcos atacantes del este, en 994 perdieron frente a los gaznauíes Khorasán, y en 999 Transoxiana frente a los karajaníes, quienes los expulsaron definitivamente; en 1005, el último soberano samaní fue asesinado en su huida.

Sanusiya movimiento de los Senusis

            Hermandad sufí, soberanos parciales en Libia tras 1840, emires en 1922, reyes de Libia en 1951-1969. Capital: en 1855 Yaghbub, en 1895 Kufra, desde 1909 Trípoli.  El fundador del movimiento reformista, Muhammad Ali al-Sanusi 1787-1859, predicó desde 1840 en la región de Cirenaica y propagó su misión por Libia. Cuando fue asediado por los regentes otomanos, tras­ladó en 1855 su centro al oasis de al-Yaghbub. Su hijo y sucesor Muhammad al-Mahdi 1859-1902 otorgó a la orden, desde el oasis de Kufra, una compacta organización. Su primo Ahmad al-Scharif 1902-16 hizo la guerra desde 1911 al lado de los turcos contra los invasores italianos.  El hijo de al-Mahdi, Muhammad Idris 1916-69, fue también sobera­no terrenal de la región de Cirenaica desde 1918 (bajo la supremacía italiana) y fue en 1922 emir de Tripolitania.  Expulsado en 1923-42 por los fascistas italianos a El Cairo, el movimiento de Sanusi declaró la guerra bajo Umar al-Mukhtar (ejecutado en 1931) contra los italianos.  Cuando el emir volvió en 1947 a Libia (en 1949 constitución e independencia nacional), se convirtió en 1951 como Idris I en rey de Libia; en 1969 oficiales libios bajo la dirección del coronel al-Qaddafi lo derrocaron.

Selyúcidas también Grandes Selyúcidas

            Dinastía turca en Afganistán, Persia, Anatolia oriental, Iraq, Siria y en la península Arábiga entre 1038­1157 y 1157. Capitales: Merv e Isfahán. Como miembros de la tribu diri­gente de la federación de los turcos ogusos, los selyúcidas, bajo la dirección del jefe de la tribu Selyuk, abrazaron el Islam alrededor de 960, y estuvieron en primer lugar al servicio de los karajaníes de Transoxiana. Los nietos de Selyuk, Tugril (1038-1063) y Chagri (1038-1060), dividieron el imperio en una parte occidental (más tarde Isfahán) y en una parte oriental (Merv).Tras su victoria sobre los gaznauíes (en 1040, en Dan­danqan), Tugril expandió su imperio hacia el oeste, en 1042 conquistó Persia y territorios de Anatolia e Iraq, y en 1055 sustituyó a los buyíes como protector del califa en Bagdad (título honorífico califal y sultán).
            El apogeo político y cultural tuvo lugar con el gobierno de los soberanos de ambos imperios, Alp Arslán 1060/1063-1072 y Malik Sha 1072­92, así como el de su sobresaliente visir Nizam al-Mulk (1060/1065­92, que impuso la sunna oficial gracias al sistema de madrasas. Los selyúcidas ocuparon Armenia en 1064, consiguieron la supremacía sobre la Meca en 1070, vencieron en 1071 a los bizantinos en Malazgirt, y conquistaron la península Arábiga. A partir de 1092 se produjo una aparente disolución debido a las luchas por el poder de los pretendientes; finalmente, una nueva unidad bajo el sultán Mahmud 1105-18 y a continuación una división del imperio: en el oeste (Irán/Iraq), una soberanía cada vez más débil se mantuvo hasta 1194, mientras que el sultán Sanyar conseguía en el este un último florecimiento 1118­57.  Desde 1135, presionado por los vecinos, el imperio oriental pasó en 1157 a las tribus turcas y a los shas de Jorezm; los restos del imperio occidental fueron a parar igualmente a los shas de Jorezm. Mediante separaciones, surgieron líneas propias de los selyúcidas en Kirmán (1041-1187; capital Bardashir) y en Siria (1094-1117, Damasco y Alepo), así como los selyúcidas de Anatolia.

Selyúcidas de Rum o Anatolia

            Dinastía turca entre 1077-1308. Capital: Iznik (Nicea), desde 1116 Konya. Los selyúcidas de Anatolia son una rama de los grandes selyúcidas, que conquistaron la zona de Anatolia tras la victoria de Malazgirt 1071; su fundador, Kutulmisch, era un primo de los soberanos selyúcidas Tugril y Chaghri. Su hijo Sulaimán I 1077-86 conquistó Iznik en 1078. Los selyúcidas de Anatolia estuvieron en un principio sometidos a la supremacía formal de los grandes selyúcidas, pero después consi­guieron una amplia independencia durante los enfrentamientos de la época de los cruzados. El primer florecimiento se produjo bajo Kilich Arslán II 1156-1188/1192), que tomó el imperio de los danishmandíes hasta 1178. A partir de 1204, Ghiyaz al-Din Kaicosroes I 1204-11 con­solidó el imperio, desorganizado debido a su división en el año 1192. Después de una época de esplendor político y cultural bajo Izz al-Din Kaikaus I 1211-19 y Alá al-Din Kaikobad I 1219-37, comenzó la decadencia política: a partir de 1240 se perdieron territorios y hubo una derrota contra los mongoles (Kusadag en Ankara 1243) y saqueos de los territorios, por lo cual se retiraron a Antalya. Desde 1279 se rindieron a la superioridad de los ilkanes persas, que en 1308 convirtieron el terri­torio de los selyúcidas de Anatolia en una provincia de su imperio.

Shas de Jorezm o Khuaresmianos

            Dinastía turca en Khorezm, posteriormente también en Turquestán, Afganistán, Irán y partes de Iraq entre 1077-1220/1231.  Capital: Kuna Urguench, en 1212 Samarcanda.  Su fundador, Anushtegin 1077-97, originariamente un esclavo turco de los gaznauíes, ascendió bajo los selyúcidas, que lo nombraron gobernador de Jorezm. Bajo Qutb al-Din Muhammad 1097-1128 y Alá al-Din Atsis 1128-56, el imperio consiguió una amplia autonomía; se expandió en Khorasán y a partir de 1135 entraron en conflicto con los selyúcidas. ll-Arslán 1156-72 se apropió del imperio oriental selyúcida; Alá al-Din Tekish 1172-1200 se impuso como sucesor de los selyúcidas en Irán (en 1187 conquista de Khorasán; en 1192 avance hasta Ray) y se convirtió en nuevo protector del califa de Bagdad. Bajo Alá al-Din Muhammad 1200-20 sucedió la expansión más amplia. A partir de 1206 tomó el imperio de los guríes en Afganistán, se expandió en Transoxiana y en territorios mongoles en el este, y en 1212 eliminó a los kara­janíes en Samarcanda. En 1218 provocó la invasión de las Hordas de Gengis Khan y tuvo que ser testigo de la huida del colapso del imperio. Su hijo Yalal al-Din 1220-31 fue asesinado tras una aventurera vida de fugitivo; el imperio fue a parar a las manos de los mongoles.

Tahiríes o Tahiritas

            Dinastía árabe en Khorasán y en el oeste de Turquestán entre 820­873. Capital: Nishapur. En 820, el califa al-Mamun hizo gobernador de Khorasán a su general Tahir ibn al-Hussein (820-823), que había procla­mado en 811 a al-Mamun como califa contra su hermano. Este se independizó allí en el año 821 (bajo la supremacía formal del califa); sin embargo, al igual que sus sucesores, continuó siendo comandante de la guarnición de Bagdad. Sus hijos, Talha (823-828) y Abd Allah (828-845), consolidaron su autonomía y convirtieron la corte en un centro del arte y de la ciencia árabes; no obstante, combatieron también en nombre del califa en Egipto (en 827 conquista de Alejandría). Los tahiríes perdieron a partir de 867 los territorios adyacentes frente a los saffaríes, que los apartaron definitivamente del poder en el año 873.

Timuríes o Timúridas

            Dinastía de procedencia turca en Transoxiana y Afganistán; también hasta 1405 en el norte de la India, Irán, Iraq, Siria, este de Anatolia y partes del Cáucaso entre 1363-70 y 1506.  Capitales: Samarcanda, desde 1405 también Herat.  El fundador de la dinastía es Timur Lang o Tamerlán.  El último florecimiento cultural tuvo lugar en Herat bajo Hussein Bayqara 1469 a 1506, cuya corte fue un importante centro artístico.  En 1506-7 finalizó la soberanía de los timuríes con la ocupación de Herat por parte de los shaybaníes. El primer mogol en la India, Babur, era descendiente de Timur Lang en la quinta generación.

Tuluníes

            Dinastía turca arabizada en Egipto, Siria y Palestina 868-905.  Capital: Fustat.  El fundador de la dinastía fue el esclavo militar turco Tulun, que ascendió en la corte de los abasíes a comandante de la garde du corps. Su hijo Ahmad 868-84 heredó esta posición en el año 854,y en el 868 se convirtió en gobernador suplente y gobernador del califa en Egipto, donde enseguida se hizo independiente; en el año 887 ocupó Siria y Palestina con la ayuda de ejércitos de mercenarios. Su hijo Khumawaraih 884-95 alcanzó reconocimiento como gobernador de Egipto, Siria y el norte de Mesopotamia, y casó a su hija con el califa al-Mutadid. Bajo su hijo Harun 896-904 se produjo la decadencia del poder y la guerra contra los kármatas. En el año 905 el imperio volvió a ser reconquistado por las tropas del califa en Bagdad.

Uqailíes u Okeilidas

            Dinastía árabe en el Norte de Siria y el Norte de Iraq entre 990/996-1096, capital Mosul.  Su fundador, Banu Uqail, pertenecía a la federación de tribus de los Kais con posesiones en todo el norte de África. Estando al principio bajo la soberanía de los hamdaníes, su dirigente Abu Dhauad conquistó en 990 Balad y en 992 Mosul, pero fue expulsado por los buyíes; su hermano Mukallad 996-1000 consiguió su reconocimiento como gobernador en Mosul, Cufa y otras ciudades.  Tras la consolidación de la soberanía bajo el mando de su hijo Qarwash 1000-50, Abul-Makarim Muslim 1061-85 la amplió de Bagdad a Alepo (1070 ocupación de Raqqa, 1079 Alepo). Los uqailíes estuvieron desde 1011 bajo la supremacía de los fatimitas y les ayudaron en 1058-59 en la conquista de Bagdad. Después de que Muslim muriera en 1085 frente a los grandes selyúcidas, la soberanía decayó y en 1096 fueron expulsados por los selyúcidas hacia una zona al norte del Golfo Pérsico.

Wattasíes o Uatasis

            Dinastía bereber en Marruecos entre 1472-1554, capital Fez. Descendientes de una rama de los zanatas nómadas en el borde norte del Sahara, que poblaron el Este de Marruecos y el Rif desde el siglo XIII. Los wattasíes, que ascendieron con los mariníes -a su vez estaban emparentados con ellos- ejercieron la regencia para los sultanes menores de edad mariníes como visires y gobernadores en 1358­74 y 1393-1458.  En 1458, el último rey benimerín les aniquiló hasta dejar con vida tan sólo a dos hermanos. El superviviente Muhammad al-Schaikh al-Mahdi 1472-1505, desde 1465 en Arcila, conquistó desde allí en 1472 el poder en Fez e instaló la soberanía de su familia. A continuación se produjo una dura lucha contra las hermandades sufíes y las ciudades rebeldes. Sus sucesores, Muhammad al-Burtugali 1505-24 y AbuI-Abbas Ahmad 1524-50, debieron defenderse en la lucha contra los portugueses y los españoles atacantes, frente a los que perdieron extensas zonas costeras, así como contra los sadíes, que avanzaban en el sur. El último soberano wattasí murió en 1554 en la batalla frente a los sadíes.

Yalayiríes o Yelairidas

            Dinastía mongola en Iraq, Irán occidental y Azerbayán 1336-1432. Capital: Bagdad, 1358-1388 también Tabriz.  La importante tribu Yalair (del fundador Ilka) en Transoxiana no perteneció a la confederación de Gengis Khan.  Llegados a Irán en 1256, alcanzaron bajo los il-khanes un gran renombre y formaron tras la caída de éstos 1335 la potencia más importante en Iraq y algunas zonas de Persia.  Schaikh Hassán Busurg el Grande 1336-56 tomó el poder en Bagdad y gobernó desde 1340 como soberano autónomo; su hijo Schaikh Uwais 1356-74 conquistó en 1358 el noroeste de Irán (la zona de Tabriz y Sultanía) y en 1360 el Azerbayán de la Horda de Oro, y ocupó en 1365 Mosul y Diarbekir. Fue un gran impulsor del arte con una brillante corte.  Su hijo Hussein 1374-82 dirigió duras luchas contra los muzaffaríes en Irán y contra los Kara-koyunli en Diyarbakir; su hermano Ahmed 1382-1410 luchó contra Tamerlán, que le expulsó de Bagdad 1393. Su vuelta en 1395 condujo en 1401 a la destrucción de Bagdad por Tamerlán.  Desde 1406 nuevamente en Bagdad, los yalayiríes fueron definitivamente expulsados en 1411 por los kara-koyunli.
            Los últimos yalayiríes permanecieron hasta 1432 en Basora y Juzistán, hasta que los Kara-koyunli los expulsaron también de allí.

Yaníes o Yánidas

            Llamados también astrajaníes o astrakánidas. Dinastía uzbeka de los kanes de Bujará entre 1599-1785. Los descendientes de la Horda de Oro fueron expulsados en 1554 hacia Transoxiana por los rusos del kanato de Astraján. Baqi Muhammad (1599-1605) pudo destituir en 1599 a su primo, el último shaybaní, y tomar el poder en una parte del kanato (la zona de Bujará, Samarcanda, Fergana y Balj), que se consolidó bajo Imam Quli (1610-1642). Hasta 1732 tuvieron que tolerar la separación del kanato de Kokand, y, después de 1752, la pérdida de otros territorios. Tras la soberanía de Abd al-Faiz 1707-47 se produjo una amplia pérdida de poder de los yaníes: entre 1753 y 1758, desbancados de la soberanía; desde 1758, bajo regencia, sobre todo de los parientes Mangit, que los destituyeron a partir de 1785.

Zaidíes o Saiditas

            Nombre oficial de los cinco chías (llamados así por el quinto imán Zaid ibn Ali), que formaron su propio estado. Una dinastía zaidí, también llamada alíes por el patriarca de los chiítas y fundada por Hassán ibn Zaid 864-83, gobernó entre 864-1126 en Mazandaran, Tabaristán y Dailam (al sur del mar Caspio). El estado zaidí más importante fue el Yemen. En el año 893, el reputado jefe de los zaidíes,Yahya ibn Hussein 859-911, fue invitado como mediador conciliador al Yemen por las tribus, y construyó en 901 en Sada un imamat zaidí. Él y sus sucesores controlaron grandes partes del Yemen (con Sana) y gobernaron como rassíes Banu Rassi; después fueron vasallos de los otomanos desde la ocupación otomana de Sana 1547.  La línea emparentada de los Banu Qasim, los imanes regentes desde 1592, reinó a partir de 1635 en Sana y pudo hacer que los otomanos se retiraran pacíficamente del Yemen. Los imanes zaidíes reinaron con los cinco chía como religión de estado hasta 1962. El imán más importante de la edad moderna, Yahya ibn Hammidaddin (1904-1948), concertó ventajosos contratos con las potencias europeas, modernizó el Yemen y asumió en 1926 el título de rey. En 1962,e1 último imán zaidí fue derrocado por oficiales yemeníes.

Zand

            Dinastía kurda en el sur de Irán y Azerbayán entre 1750-94.  Capital: Schiraz. Tribu del grupo de kurdos de los lak al sur de Irán.  En 1731 fueron desterrados por Nadir Sha a Khorasán, y en 1747 se retiraron con su dirigente Karim Khan Zand hacia el suroeste.  Karim Khan 1750-79 ocupó todo el sur de Irán y adoptó el título de wakil (representante).  Tras la conquista de Mazandaran (1759) y Azerbayán (1762), desplegó un beneficioso trabajo soberano, condujo al país hacia un gran floreci­miento económico (comercio de la India, canales de regadío, política de impuestos justa),e hizo de su corte un centro cultural. Tras su muerte, el imperio se desintegró en la lucha por el poder de los pretendientes, hasta que el último soberano zand fue eliminado de forma sangrienta por los qayaríes en 1794 en Kirmán.

Zangíes o Zenkidas

            Dinastía turca en el norte de Siria e Iraq entre 1127-74 ó 1262. Capital: Alepo, 1154 Damasco. El fundador de la dinastía fue Aqsunqur, un esclavo militar turco de los selyúcidas y atabeg (educador) del selyúcida Tutush de Alepo. Su hijo Imad al-Din Zangi 1127-46 se convirtió en 1127 en gobernador de Iraq (con Bagdad) y conquistó Mosul 1127, Alepo 1128 y otras ciudades en Siria. Zangi consiguió la sobe­ranía sobre Mesopotamia con habilidad política y exitosas luchas contra los estados de los cruzados. Mientras su hijo Nur al-Din 1146-74 heredó Siria y ocupó Damasco en 1154, su hermano Saif al-Din (1146­1149) heredó Mesopotamia y fundó la línea de Mosul 1146-1262.  Nur al-Din llevó la soberanía de los zangíes hasta su máximo esplendor; ésta estuvo marcada por una actividad constructora fortalecida y el bienestar económico. También pudo ampliar su supremacía hasta Egipto (fatimíes) y sobre todas las ramas de la familia. Su hijo Ismail fue vencido en 1174 por los ayubíes de Saladino, que habían ascendido al servicio de los zangíes; las líneas secundarias de Sanyar 1170-1220 y de los Djazira 1180-1250 fueron también eliminadas por los ayubíes; la línea de Mosul, por los ilkanes en 1262.

Ziríes

            Dinastía bereber en Túnez y el norte de Argelia entre 971-1152. Banu Ziri. Capital: 971, al-Mansuriya; 1048, Kairuán; desde 1057 Mahdiya.  Servidores fatimitas afincados desde 935 en la fortaleza de Ashir en Argel bajo la dirección de Ziri ibn Manad, que murió en 971.  Su hijo Buluguin 971-84 fue gobernador de Túnez y del norte de Argelia (región de Constantina) con gran independencia, y conquistó en Occidente territorios hasta Ceuta; bajo sus sucesores se produjeron duras luchas contra tribus bereberes rivales.  En 995 tuvo lugar la separación de los pos­teriores ziríes de Granada; en 1007-15 la separación de los hamdaníes.  Al-Muiz 1016-62 se puso bajo la protección del califa en Bagdad en 1045, con lo cual los fatimíes ocasionaron en 1057-58 la invasión de los Banu Hilal en el norte de África.  Bajo Tamim 1062­1108 la soberanía se limitó a las ciudades costeras de Túnez. Estando desde 1148 bajo la supremacía de Rogerio II de Sicilia, el último soberano zirí, al-Hassán 1121-1148/52, entregó la última ciudad, Argel, en 1152 a los almohades.

Ziríes de Granada

            Soberanos taifas de Granada 1012-90 y Málaga 1058-90, de los Banu Ziri.  Línea lateral de los ziríes del Norte de África. Su dirigente Zagüi ibn Ziri 1012-19, desde 995 pretendiente contrario a los ziríes del Norte de África y dirigente de mercenarios berberiscos en el Sur de España, tomó el poder en Granada en 1012 aprovechándose de la decadencia del califato de Córdoba.  Bajo sus sucesores Habus 1019-38, Badis 1038-73 y Abdalá 1073-90, Granada se convirtió en el centro cultural más importante del sur de España; en 1058 alcanzaron la soberanía sobre Málaga, pero fueron derrocados en 1090 finalmente por los almorávides.