martes, 27 de diciembre de 2016

Juana la Loca: la cautiva de Tordesillas. Manuel Fernández Alvárez.

El maestro de historiadores y uno de los mayores expertos en el siglo de oro escribió en este volumen una pequeña obra maestra, si la comparamos con sus magnas obras dedicadas a Carlos V y Felipe II.

Juana la Loca es un personaje patético de nuestra historia, poco conocido y cuando se la trae a colación es para desprestigio patrio. A pesar de su enfermedad mental, enfermedad que en nuestra época es mucho mejor tratada que en nuestro quinientos, fue hija de reina, reina y madre no sólo de rey sino de emperador.

Su viaje con el féreto de su difunto marido por los campos de España, sus noches al aire libre para no pernoctar en un convento de mujeres, nos da una imagen triste y desoladora de nuestra cautiva de Tordesillas.

Culta y guapa, sobria castellana, perdida por los celos, pero que aún con ello tuvo la dignidad de aguantar el empuje de los comuneros y no firmar nada en contra de su hijo, Carlos V.

Dignidad por encima de todo, a pesar de haber sido mal tratada por su padre, Fernando el Católico, los marqueses de Denia y que encontró en San Francisco de Borja un refugio espiritual en sus últimos años.

Gran trabajo de Manuel Fernández Alvárez cuando nos habla de las diversas visitas de Carlos V con su familia a Tordesillas, amor sincero a pesar de las terribles circunstancias.

Libro recomendabilísimo de nuestro maestro para ahondar un poco más si cabe, en la época de mayor esplendor que nuestra patria ha conocido.

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